Aunque la normativa deportiva y el pasaporte le encuadraban en el batallón de ‘los extranjeros’, Javier Aguirre Onaindía era ‘el Vasco’ en México y en Pamplona. Llegó a Osasuna en el verano de 1986 después de una destacada actuación en el Mundial celebrado en su país. Con Aguirre, el club rojillo completaba el cupo de dos futbolistas foráneos, ya que en la temporada anterior había incorporado al danés Pedersen.

El corajudo centrocampista apenas pudo intervenir en 13 partidos; una grave lesión cuando porfió por el balón con el guardameta del Sporting Ablanedo terminó de forma cruel con su etapa en Osasuna. Luego regresaría como entrenador para colocar a los rojillos en la previa de Champions y en una final de Copa.

Pero antes de todo esto, Aguirre escribió una corta nota como futbolista que ahora cobra actualidad con el emparejamiento en Copa de Osasuna y Huesca. La última vez que los caminos de ambos clubes se cruzaron en este torneo fue un gol del mexicano el que decidió la eliminatoria. En aquella edición de 1986-87, la Federación Española incorporó la eliminatoria a partido único hasta octavos de final para inyectar algo de interés a una competición que languidecía y solo cobraba interés cuando llegaban las semifinales.

Al equipo de Ivan Brzic le tocó abrir el torneo en Huesca. El cuadro oscense competía entonces en Tercera división (lo que ahora sería 2ª RFEF). El entrenador yugoslavo no se fiaba del rival y alineó a los mejores jugadores que en ese momento tenía sanos ya que estaban lesionados Martín, Sabido y Bustingorri, entre otros. Así que Osasuna puso en liza a Roberto; De Luis, Castañeda, Martin González, Mina, Ibáñez, Pedersen, Lumbreras, Orejuela, Aguirre y Goicoechea. Los rojillos venían de empatar (1-1) en el campo del Sevilla con un gol de Ibáñez.

Fue el entonces prometedor centrocampista quien dio la asistencia de gol a Aguirre. El mexicano golpeó el balón con el pie izquierdo para firmar “un gran gol”, según pusieron de manifiesto las crónicas del partido. Corría el minuto 31. Un cuarto de hora antes, ‘el Vasco’ dejó boquiabierta a la concurrencia al ejecutar una chilena y estrellar la pelota en el larguero.

Ese fue el único gol de Aguirre como osasunista en once partidos de Liga y dos de Copa. Sin embargo, lo que recordamos como un dato minúsculo en la historia de Osasuna tuvo el efecto de abrir la puerta a un torneo que terminaría resultando uno de los más espectaculares para el equipo. Los rojillos se deshicieron a partido único de Atlético Monzón, Orense y Albacete. En octavos de final, a doble partido, el cuadro dirigido ya por Pedro Zabalza eliminó en la tanda de penaltis al Barcelona en una noche de gloria de Unzué que rechazó el lanzado por Marcos. Después vendría el polémico duelo con el Real Madrid, alterado en El Sadar por la muerte en accidente unas horas antes de Guruceta, que viajaba a Pamplona para arbitrar el encuentro. En un choque cargado de tensión, Osasuna perdió 1-2. En la vuelta el resultado fue 4-1.

De aquel encuentro en Huesca, además del gol de Aguirre cabe señalar la presencia en Osasuna de Ángel Martín González, ahora director deportivo del cuadro oscense, y el debut en la portería de Roberto Santamaría, con el tiempo el guardameta que más partidos ha jugado con el escudo del león.

Una victoria aquella que cortaba una secuencia negativa de Osasuna en Huesca. En el primer enfrentamiento de ambos clubes en este torneo, en la temporada 1970-71, tras el empate en El Sadar (2-2) los azulgrana vencieron 1-0 en la vuelta. Y en el curso 1974-75, los rojillos no sostuvieron la ventaja de la ida (1-0) y perdieron 3-0 en la vuelta.