Se trata de su sexto disco en solitario (séptimo si contamos el directo Madrid nuclear), desde que en 2012 iniciase su carrera al margen de Pereza, grupo en el que militó junto a Rubén Pozo durante la primera década de los 2000. Estos trece años han significado para el madrileño una línea ascendente continua que todavía no parece conocer su límite. Y es que su carrera ha ido de menos a más: su primer álbum solista, Diciembre, tuvo una recepción cálida por parte de sus seguidores, pero llegó a menos público y fue presentado en salas pequeñas de todo el país. Fueron sus trabajos posteriores (Pólvora, Monstruos, Nuclear y Cuando te muerdes el labio) los que le permitieron recuperar, e incluso superar, la privilegiada posición de la que disfrutaba con su antigua banda.

Decir que el último disco es el más personal de un artista puede sonar a tópico, pero, en el caso de Gigante, parece que sí se trata de un álbum verdaderamente importante en la carrera de Leiva. Después de un disco lleno de colaboraciones como Cuando te muerdes el labio, el ex de Pereza ha decidido escarbar en su interior para alumbrar esta nueva colección de canciones. Para reforzar el tono confesional y explícito, en la portada puede verse una foto del músico desnudo. Por lo que revelan las letras, parece que tampoco ha escondido nada a la hora de escribirlas. En una de ellas, Caída libre, aborda el tema de la depresión, trance que conoce bien porque lo ha vivido en sus propias carnes; además, en esta canción canta junto a Robe Iniesta, un tipo verdaderamente esquivo para las colaboraciones. El álbum fue grabado en los estudios Sonic Ranch, en Texas, por donde han pasado artistas de la talla de Arcade Fire, Bon Iver, Fiona Apple, entre muchos otros.

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Concierto de Leiva en el Navarra Arena UNAI BEROIZ

Un tour con muchos galardones

Gigante llega en un momento alto en la carrera de Leiva, después de cerrar su gira anterior con cuatro conciertos en el Wizink Center de Madrid (ahora Movistar Arena) en los que congregó a más de 45.000 personas, y después de haber ganado un Goya a la mejor canción original por Sintiéndolo mucho, junto a Joaquín Sabina, del que se ha convertido en compositor, productor, confesor y mano derecha musical. Hay que recordar que en 2018 ya había ganado otro Goya por La llamada.

Sin embargo, no todo han sido parabienes en los últimos tiempos; a finales de septiembre tuvo que suspender un concierto en Guadalajara por una infección aguda en las vías respiratorias. Se da la circunstancia de que el artista padece una enfermedad que afecta a una de sus cuerdas vocales; le han operado ya tres veces por ello, pero se trata de una dolencia crónica. Es posible que esa sea la explicación del título del documental que han rodado sobre él: Hasta que me quede sin voz. La cinta se ha estrenado en el último Festival de Cine de San Sebastián, donde cosechó buenas críticas, y el próximo 17 de octubre llegará a las salas de cine.

Mientras tanto, Leiva continúa cosechando éxitos. Hace dos semanas recibió cuatro nominaciones para los Latin Grammy: al mejor álbum de rock, a la mejor canción de pop rock por Un último vals (con Joaquín Sabina), a la mejor canción de pop rock por Ángulo muerto (de su propio disco), y al mejor diseño de empaque. Y tras el susto de septiembre, la gira Gigante prosigue su curso, viento en popa y a toda vela. Próxima parada: Navarra Arena.