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Gorka Urbizu: "Vivimos tiempos en los que parece difícil creer en nada"

Tras casi dos años de exitosa gira, el músico vuelve a casa para afrontar los últimos conciertos de presentación de Hasiera bat. El viernes y el sábado actuará en Baluarte (entradas agotadas)

Gorka Urbizu: "Vivimos tiempos en los que parece difícil creer en nada"Iban Aguinaga

Empezar una carrera en solitario dejando atrás un grupo de éxito como Berri Txarrak tiene algo de salto al vacío. ¿Cómo ha resultado la experiencia, ahora que está concluyendo la gira?

- Simplemente necesitaba parar, llegué a percibir una cierta inercia. Al mismo tiempo, sentía una pulsión artística muy fuerte: necesitaba despojarme de un montón de cosas (la propia marca Berri Txarrak, el parapeto de la distorsión, tanta testosterona...). Me llevó cuatro años de silencio y toda una carrera atreverme con algo tan crudo como Hasiera Bat. Puede que sea una percepción personal, pero nunca me he sentido tan conectado con lo que estoy haciendo y con la manera en que lo estoy haciendo. Necesitaba esta muda de piel para seguir vivo artísticamente.

Desde luego, la gira ha sido larga y extensa, con paradas en distintos países (y continentes). Señal de que las canciones han calado, ¿no?

- Sinceramente, no esperaba esta acogida. Mi proyecto es todo lo opuesto a muchas de las tendencias que ahora mismo triunfan. Sin embargo, parece que hay gente que necesitaba algo así. Vivimos tiempos en los que parece difícil creer en nada. El mundo se ha vuelto un lugar hostil, cínico y cruel que genera mucha ansiedad y soledad. La música tiene muchas cosas que decir ante eso. Al menos así lo veo yo.

El músico Gorka Ubizu durante un ensayo.

Ha habido también colaboraciones con artistas como Quique González o Depedro, y Hasiera bat ha encontrado espacio en medios generalistas nacionales. Berri Txarrak ya tenía repercusión, pero da la impresión de que esta esté siendo ahora mayor. ¿Lo siente así?

- No lo sé. Siento que estas canciones están abriendo un camino y están trayendo cosas muy bonitas. Hasiera Bat es un disco que yo escribí después de ver el cuadro que después sería la portada. Todo lo que ha sucedido después es un regalo de la vida. Y colaborar con gente de esa talla es todo un honor.

Dentro de las alegrías de esta nueva etapa, ahora se ha dado el gustazo de ir a grabar un epé a Abbey Road. ¿Cuánto hay de mitomanía y cuánto de razones técnicas para visitar esos estudios?

- No voy tanto por sonido -que me encanta-, sino por el hecho de vivir la experiencia y nutrirme de aquello inmaterial, que para mí es infinitamente más importante. Cuando llevas más de tres décadas en esto, los alicientes son totalmente necesarios. No soy un experto freak de los Beatles, pero me encantan y siguen siendo una fuente de inspiración inagotable.

Imagino que no será fácil poder grabar allí, no solo por temas económicos sino porque tendrán muchas solicitudes. ¿Cómo es el proceso?

- Todo lo bueno que me ha dado esta nueva etapa en lo musical ha coincidido con una época de máxima zozobra a nivel personal. Aproveché un receso de la gira a principios de año para hacer un viaje, intentar poner un poco de orden y allí retomé la idea de Abbey Road, que con Berri Txarrak ya llegué a plantear alguna vez. Escribí un mail desde Asia poco después de actuar en Bangkok, como quien lanza un mensaje en una botella, y resulta que esta vez sí fue posible. En ese momento ni siquiera tenía las canciones. Medio año más tarde, mientras la gente estaba en Pamplona festejando el chupinazo pro Palestina, yo me montaba en un avión rumbo a Londres.

¿Y cómo ha vivido la experiencia? ¿Impone estar grabando en un sitio con tanta historia?

- Impone, impone. Fue realmente increíble, aunque fugaz. ¡Me hubiera quedado allí un mes para hacer un disco entero! Uno tiene la sensación de estar en un lugar semi sagrado, donde se han registrado varias de las canciones que cambiaron el rumbo de la música popular. Y allí estábamos, desde Lekunberri, grabando nuestras pequeñas canciones en aquel templo. ¡Aún no me lo creo!

¿Qué se ha llevado Gorka de Abbey Road y qué se han llevado las canciones? Zilarra tiene algunos arreglos muy “Beatle”, incluso creo que suena el piano de McCartney.

- Últimamente dejamos que la cosa vaya fluyendo en el estudio, aunque aquí no nos sobrara demasiado tiempo para experimentar. Pero por ejemplo ese piano, que es exactamente el mismo que escuchas en Obladi-Obladá, no estaba previsto. La parte de la canción sí la traía de casa, pero el arreglo al piano lo improvisamos allí mismo (con el maestro Jordi Matas), y son cosas que no habrían sucedido si Zilarra se hubiera grabado en cualquier otro estudio del mundo, directamente habría sido otra canción. Eso me parece maravilloso.

Ha vuelto a publicar el epé sin adelantos y casi sin avisar; sigue yendo a contracorriente.

- Me gusta cuidar ese misterio, creo que el público lo acaba agradeciendo. Lo toma como un regalo, una sorpresa. Hay que salvaguardar la fascinación del arte, más en estos tiempos en los que siempre parece haber otras prioridades por delante de la propia música.

¿De ahí el título, Bakan, que significa infrecuente o singular? ¿Le interesa hacer las cosas de una manera más personal?

- Bakan es una serie de epés que saldrán con una frecuencia aleatoria, según me dé el viento, de ahí también el título. Y viene derivada de la palabra bat, que ya es marca de la casa (risas). Mi hábitat natural es el disco, pero me propuse grabar unos EP sueltos de dos canciones, lo que me permite jugar y plantearlos con algo más de libertad, además de ir sumando novedades al repertorio.

A punto de cerrar esta etapa de Hasiera bat, ¿pesa más la tristeza por terminar el capítulo o la alegría por el descanso que le espera?

 - Llevo veintiún meses de gira, creo que es hora de cerrar etapa, pero mentiría si dijera que no me da pena. Siento que estamos en un gran momento, voy a echarlo mucho de menos, pero vendrán nuevas cosas y esa búsqueda también será excitante. De momento, a disfrutar de los pocos conciertos que quedan. Dos noches en Baluarte con todo vendido hace meses, quién me lo iba a decir… Me siento muy agradecido, soy muy consciente de lo que cuesta.

¿Intuye cómo será el siguiente paso o no lo ha pensado todavía?

 - Me cuesta horrores hacer planes con antelación con algo tan impredecible como la música. Pero me siento inspirado y trataré de aprovechar esta ola creativa de alguna forma.