PAMPLONA. Iker Jiménez está satisfecho de su trayectoria en televisión: se ha mantenido en la misma franja desde que Cuatro inició sus emisiones y Cuarto Milenio es el único programa que se mantiene de la fotografía inaugural de la cadena. Su pasión por lo oculto le ha llevado a descubrir historias que a muchos les ponen los pelos de punta, incluso alguna le ha producido pesadillas a él mismo. Sin embargo no quiere hacer apología del miedo, sino que prefiere promover la curiosidad por desentrañar misterios en temas que no tienen por qué ser fenómenos paranormales exclusivamente.

Con trescientos programas conduce el espacio más veterano de Cuatro.

Tal y como está la tele esto sí que es un fenómeno misterioso. Si ves las fotos de Cuatro cuando se estrenó la cadena ahí estábamos. Ya no queda ningún programa más de cuando nació esta televisión. Tal y como está el patio es para estar muy contentos.

Trescientas noches de misterio.

Yo incluso iría un poco más allá, el concepto propio de misterio creo que lo hemos ampliado al máximo: trescientas noches de aprendizaje, de entusiasmo, de conocimientos nuevos y sensaciones. No hemos perdido fuerza y seguimos interesados por todo lo que nos rodea.

Cuando pensamos en clave de misterio a veces solo ponemos el foco en fenómenos paranormales. ¿Nos quedamos cortos?

Esa es la clave, los fenómenos paranormales pueden ser un 20% de cada programa. En Cuarto milenio hay ciencia, teología, investigación, arqueología?, hay temas que no tienen nada que ver con lo paranormal. Son los temas más variados los que más éxito tienen en audiencia. Al revés, creo que lo sobrenatural y lo paranormal es una pequeña fracción del programa.

¿No tiene pesadillas manejando tantos temas misteriosos?

Con algún caso sí, lo reconozco. Hace poco hubo un tema que me produjo pesadillas: la muerte de una niña practicando una güija. Fue un caso que me quitó el sueño. Es cierto que hay temas que no me han dejado dormir y me siento un poco mal por contarlo porque no quiero ser mensajero del miedo.

Últimamente hemos leído sobre la existencia de exorcistas; parece un poco increíble que esa figura siga existiendo en el siglo XXI.

Sí, parece mentira que haya exorcistas y endemoniados. Eso sí que es un misterio y es probable que sea un misterio de la mente humana. No lo tengo claro. Muchas veces me doy cuenta de que soy un ignorante. Hay cosas poco explicables y seguramente también hay fuerzas oscuras en la mente de las personas que cada uno puede llamar como quiera según sea su credo, su cultura y su tiempo. Hay personas que se vuelven endemoniadas y he visto a alguna. Es cierto que resulta paradójico que ocurra en el siglo XXI, pero también demuestra que en este siglo el ser humano sigue teniendo las mismas inquietudes que en la Edad Media.

21 de diciembre, viernes, el día del fin del mundo según los mayas. ¿Cómo debemos tomarlo?

Vamos a hacer un especial hoy. Haremos el programa con los mejores catedráticos y arqueólogos especialistas en cultura maya. Primero tenemos que saber dónde está esa fecha y hay otra cosa que es mucho más interesante que la propia profecía, ¿por qué desaparecieron los mayas? Nunca se encontraron sus cadáveres, sigue siendo un misterio en la Historia. Ellos fueron víctimas de su propio fin del mundo y creo que es una cultura que tiene muchas cosas que enseñar.

La cifra sobre la que pivota esta profecía es el 12, ¿no? 21 leído al revés sería 12, el mes 12 y el año 12 del tercer milenio.

Sí, pero lo que es la profecía en sí es un poco siniestra. Acaba como una novela: llegará, vendrá? Y no sabemos quién viene, ni qué llega. Las conjeturas son muchas. Hay quien dice que los mayas de lo que hablan es de un cambio de conciencia, de un cambio de mentalidad?

Siempre ha habido religiones y culturas que han puesto fecha de caducidad a la humanidad; por ejemplo, en los cambios de milenio.

Para el cristianismo fue apocalíptico y hubo muchos suicidios de gente que estaba convencida de que llegaba el fin del mundo. Siempre creo que los cambios son para bien y no creo que vaya a haber ningún cataclismo ni nada, en todo caso el fin del mundo más peligroso es el que está en la mente de la gente.

Así que no nos recomienda que el 21 de diciembre lo pasemos en ningún búnker, ¿no?

Por supuesto que no. Como siempre, en la industria hay mucho avispado, pero lo alucinante es que haya compradores de búnkeres en todo el mundo. Vamos a tener en este programa a gente que ha construido búnkeres. De verdad, yo alucino con la paranoia. La profecía maya no habla de ninguna catástrofe. Así está el patio y así se define la sociedad que estamos viviendo, eso es lo que asusta. Estamos en una sociedad absolutamente banal ante estas cosas tan raras.

¿La crisis económica es un misterio sin resolver? ¿Hay fuerzas ocultas detrás de esta crisis?

Para muchos sí. Hay quien habla de grandes corporaciones con intereses ocultos, de gente que mueve los hilos y que construye a conciencia estas crisis. Por otro lado, hay otra teoría que dice que está cambiando el mundo y nadie sabe lo que está pasando. Ambas posibilidades son igual de misteriosas.

¿Y usted qué cree?

Que esta crisis es uno de los grandes misterios. Cuando comenzó a acentuarse, hicimos un debate con economistas hablando del Crack del 29 y logramos una de las grandes audiencias de la historia de Cuarto milenio, eso quiere decir que hay un interés enorme. Para la gente amiga de las conspiraciones esta crisis es un secreto.