pamplona - ¿Es el personaje malo y oscuro de una serie que parece un cuento romántico?

-Han definido a Omar como el malo malísimo, dando ese toque siniestro a ese cuento de hadas que puede ser Velvet. Pienso que es un tío muy oscuro. No se sabe muy bien el pasado que ha tenido ni de dónde viene y no se corta ni un pelo para conseguir lo que quiere.

¿De qué es capaz?

-De todo, si tiene que pisar, lo hace y si tiene que matar, también.

Velvet, en sus dos versiones, siempre ha tenido malos y malas, no es usted el primero.

-Sí, pero la versión de Omar no había aparecido entre los malos de Velvet. En los últimos episodios se siente y se ve hasta dónde puede llegar y lo que puede hacer.

¿Estará la próxima temporada?

-Omar acaba en la cárcel, recibe su merecido, creo que poco?

No es un fan de su personaje...

-Ja, ja, ja? Claro que lo soy. Omar me encanta para interpretarlo, pero es un ser cruel y desdeñable. Se verá si sale o no sale, los personajes están en manos de los guionistas.

¿Es su personaje más canalla?

-Sí. Había hecho alguno con intenciones más o menos oscuras, pero todos eran bastante blanquitos. Este es malo, muy malo, lo pilles por donde lo pilles.

¿Le gusta el papel de malo?

-El papel de canalla da más juego que uno blandito y te lo pasas muy bien. Te permites muchas cosas dentro de lo que es Velvet. Aparte está el vestuario, el pelo, el maquillaje? Te miras al espejo y ya tienes otra mirada, otra postura; ves todo ese lujo que rodea a Omar y ayuda mucho a la creación del personaje y pasártelo bien.

Se supone que a los guapos les dan papeles de galanes y buenos.

-El de galán puede que sí, pero un galán puede ser malo, ¿no? En este caso, la oscuridad de la mente del personaje puede más que el físico.

¿Su carrera de actor es un paso para alejarse de la moda?

-No, alejarme no; de hecho, tengo muchas cosas y mucho trabajo aún en el mundo de la moda. Sí es cierto que aceptar una serie te compromete. Son dos series seguidas, una de ellas ha sido EDHA para Netflix, estuve cuatro meses en Argentina. Con esta he estado también cuatro meses yendo y viniendo a Madrid. Cuando te sumerges en un proyecto como este, no estás con la cabeza en otras cosas.

¿Cómo se consigue llegar a ser un supermodelo como usted? Supongo que fácil no es.

-Hay una serie de pasos a seguir y después que se junten la suerte, la perseverancia, que conozcas a la gente adecuada, que tengas ganas de salir de casa, de viajar? Claro que al principio no es fácil, te vas a un país donde no hablas su idioma y donde te tienes que mover, te tienes que buscar la vida. Echas de menos a la familia, a tu gente, a tu pueblo; pero al final, sarna con gusto no pica, es lo que quieres, y lo quieres conseguir a toda costa.

¿Se le quedaba pequeño Tossa de Mar (Girona), su pueblo?

-No es eso. Tossa es un municipio pequeño y no es lo mismo vivir en él en verano que en invierno. No se me quedaba pequeño, pero igual que muchos jóvenes, quería viajar, quería moverme y mi profesión me lo ha permitido. Creo que antes, cuando yo comencé hace 20 años, era más difícil poder salir de casa y que te cogiera una agencia.

¿Ayudan las nuevas tecnologías?

-Mucho. Creo que sí, el mundo del digital facilita las cosas, las ofertas son más claras.

Uno de sus hándicap era el inglés?

-Fue al principio y era una dificultad. Ahora hablo un poco y, sobre todo, lo entiendo. Vivo en Londres.

¿Qué le atrajo del mundo de la moda?

-Para mí la moda fue un escape, una salida. Quería salir del paraguas familiar, quería buscarme mi propia vida cuando estaba estudiando en Barcelona. Ayudó también que lo que estudiaba no me gustaba. Estudiaba Turismo, y yo lo que quería era viajar y conocer mundo.

Tossa de Mar es un pueblo costero precioso. ¿Por qué quería salir de allí?

-Es curioso. Es un pueblo al que venía mucho turista en verano y siempre me preguntaba cómo serían sus países, sus ciudades y sus pueblos. Me decían que venían de Italia, que vivían en Francia, en Austria? Cuando empecé con esto de la moda, primero recalé en Milán, después fue París y de allí di un salto a Nueva York. Así fue cuando vi que de esta afición a viajar posando podía hacer una carrera.

¿Es tan dura la moda como parece?

-¿Te parece dura? Te hago esta pregunta porque a muchos amigos les parece muy fácil. Depende, hay partes que son más duras que otras, te expones mucho; pero pienso que es más duro trabajar como actor, la exposición es mayor.

Sí, pero en la moda la exposición es personal y en la interpretación es una exposición de personaje.

-Eso dicen algunos actores, puede que tengan razón. Yo empecé en la moda siendo muy joven y saltas a cualquier pozo sin ser tan consciente de lo que estás haciendo. Yo empecé a ser actor con más de treinta años y a lo mejor eres más reflexivo, piensas más y te autocriticas un poco más.

¿Qué tal recibe las críticas?

-Mejor con el paso del tiempo. Quizá la moda puede ser dura en el sentido de que estás en constante exposición, de que estás pendiente de las críticas, de lo que pueden decir. Cómo encajar todo puede ser duro; si no tienes un carácter sólido, ¡ostras! Es duro. Muchos compañeros se han quedado por el camino.

¿Lleva la interpretación dentro o fue casualidad?

-Fue casualidad. Gracias al mundo de la moda comencé a hacer anuncios y a probar cositas. Me decían: “Tú podrías ser actor”. Me lo repetían, pero no terminaba de creérmelo, hasta que un día Antonio Rubial (agente y descubridor de talentos) me dijo: “Andrés, tendrías que probar y trabajar como actor”. Me parecieron palabras mayores.

Guapo y famoso en el mundo de la moda, ¿ha sentido recelo en alguno de sus compañeros de películas o series porque le consideren un intruso?

-Pues no, no lo he apreciado. Quizá a alguien le puede parece mal, pero no lo he notado. He empezado un poco tarde en la interpretación y estoy aprendiendo. No sé si habrá prejuicios por parte de algún compañero, yo me siento bien.