pamplona - Frank Cuesta, que ha cargado con dureza durante años contra el toreo, ha grabado cuatro programas dedicados a este universo, con lo que alguna de sus posturas más radicales se han suavizado. “Soy antitaurino, pero los toreros o los ganaderos no son asesinos”, señaló en la presentación del programa. También ha cambiado su postura frente a los aficionados: “No son unos sádicos que disfrutan con la muerte del toro”. Así pues, sabe que sus declaraciones van a sorprender y enfadar, pero no le importa.

Siempre ha sido muy duro con las corridas y con los toreros, ¿no?

-Lo que hemos hecho es intentar entender por qué hay mucha gente a la que le gustan. También me interesaba saber por qué gente de la cultura también disfrutaba con este espectáculo. Había preguntas que me hacía: ¿Cómo es ese negocio? ¿Quién vive de ello? ¿Cómo vive el toro? Este programa no está hecho desde el punto de vista “te voy a machacar”.

Eso es lo que espera mucha gente.

-Pues no. Está hecho desde un punto diferente: “Cuéntame lo que hay, que yo sacaré mis conclusiones y diré si me gusta o no”.

¿Y qué conclusiones ha sacado?

-Que no me gustan las corridas de toros, sigo siendo antitaurino y no me gusta un espectáculo en el que un animal muere en directo, pero hay mucha gente que vive de él, mueve mil millones y pico de euros al año. El toro está muy bien cuidado si lo comparamos con la ganadería industrial de consumo. El toro de lidia vive en un palacio y hasta que llega a la sala de tortura vive mejor que nadie.

Los toreros han sido tildados de asesinos.

-No lo son, lo ganaderos tampoco. Hay ganaderos que son antitaurinos.

Ha afirmado que desaparecerá, ¿cuestión generacional?

-Absolutamente convencido. La gente dejará de ir, pero no se puede prohibir de un día para otro, hay mucha gente metida y habría que montar un genocidio de todos los toros de lidia que existen. Además, las nuevas generaciones tienen nuevas maneras de ocio. Hace unos años se decía: “Vamos al cine, al fútbol o a los toros”. Ahora la gente joven opina de otra forma?

Y los toros no entran en su ocio, ¿no?

-No en la mayoría de los casos, habrá gente joven que sí, pero pocos. Pienso que al final las corridas no van a existir porque se acabará el negocio.

¿Había visto anteriormente alguna corrida de toros?

-Sí, claro, por televisión. Llegabas a casa, tus abuelos estaban viendo los toros, te daban un bocadillo de chorizo y a ver la corrida. En directo, la primera vez que he ido es para hacer este programa.

¿Cuál es la sensación? ¿Sigue siendo tan radical?

-La sensación cambia. Hay tantas cosas que he dicho sobre el mundo taurino que ahora tengo que decir que eran mentira?

Perdone?

-Sí, lo que oyes. Afirmaciones mías no son ciertas.

¿Por ejemplo?

-“Son unos sádicos que van a aplaudir y a vitorear cuando un animal muere”. Esto lo he dicho yo.

¿Y ha cambiado totalmente de opinión en una corrida de toros?

-Sí. No son sádicos, lo que vitorean es el arte que hay entre el torero y el toro; no les gusta que machaquen al toro.

Van a pensar que se ha pasado al lado oscuro.

-Seguro. El aficionado no ve al animal como un animal, lo ve como parte del espectáculo, como un mueble.

Tampoco parece muy alentador.

-Quizá no. Pero no ven al toro como un animal que puede sufrir, es solo parte de ese espectáculo.

¿Esa visión artística es lo que lleva a gente de la cultura a apreciar un espectáculo en el que el toro va a morir?

-No lo sé. Para mí la gente de la cultura de hace muchos años, era mucho más autosuficiente y tenía más personalidad; tenía idea propias.

¿Qué quiere decir?

-Que a esa gente de la cultura le daba igual lo que dijera otra gente. Hoy hay a quien le gustan los toros pero no quiere decirlo por el qué dirán.

¿Hipocresía?

-En algunos casos. La gente va por modas y por lo que le digan en las redes sociales.

¿No cree que se va a ganar algún enemigo más con este programa?

-Creo que ninguno. El mundo taurino y antitaurino son redes sociales. Hay mucho desparramado que no tiene nada que hacer y te pone a parir a ti, luego a mí, después a Bisbal y a Pedro Piqueras. He ganado muchos amigos del mundo del toro.

¡Vaya! Quién lo iba a decir.

-Es gente que mata toros, sí; se dedican a ello, pero son personas. Yo empatizo mucho más con un humano que con un animal, aunque yo me dedique a lo que me dedico. ¿Enemigos? Creo que ninguno, habrá gente a la que le caiga peor, habrá gente que me llame vendido?

Imagino que es algo que espera...

-Esa gente no me importa, no se levanta y pone su vida en juego por intentar hacer un mundo mejor por los animales o por los que están alrededor. Todos los antitaurinos con los que he hablado pueden estar de acuerdo o en desacuerdo, pero no nos odiamos.

¿Animalistas?

-Soy antianimalista. Es un concepto que ha nacido en la ciudad y no es gente que entiende el campo.

Las manifestaciones antitaurinas han tenido puntos de violencia.

-Como todas, siempre va a haber energúmenos y gente normal. Yo con los animalistas que me he topado son gente normal. También tienes a los típicos que saltan al ruedo, que tiran sangre a los toreros, que les insultan? No entienden que lo que están haciendo es un delito.

A muchos les va a sorprender el programa y sus declaraciones.

-Puede ser, pero no me importa. Si eres animalista y te dedicas a insultar a las mujeres de toreros que han muerto, a ellos mismos, que ya no pueden defenderse? eres un energúmeno. Los animalistas deben defender la vida y no desear la muerte de nadie.

¿Qué proyectos tiene entre manos?

Hay varias cosas, imagino que lo anunciará pronto DMAX. Seguimos con ideas, pero como yo estoy muy ocupado con lo que hago en Asia...

Más de ocho años en televisión, ¿no se aburre?

-Muchísimo?

¿Cómo?

-La televisión no me gusta, pero se gana dinero y es la mejor manera de mandar un mensaje. En España nos ve menos gente que en la cadena generalista, pero en Discovery me ven en ciento y pico países y me conocen en cualquier lugar.