los ángeles - El nuevo Narcos no tiene más Escobar ni más Peña, sino que le han pasado el testigo a Gallardo y a Camarena. Diego Luna estrenó el pasado viernes la cuarta temporada de Narcos: México, de Netflix, que repasa la historia del narcotráfico mexicano desde los años 80, cuando surgió el Cártel de Guadalajara, donde Félix Gallardo (Luna) construyó el cártel en el mayor imperio de las drogas de México, lo que dio paso al narcotráfico moderno. Espontáneo, amable y siempre con los pies en el suelo, el intérprete de 38 años, que afirma que su aspiración como actor es ante todo formar parte de “un entretenimiento que haga reflexionar” al espectador, acude a la entrevista tras una gira de promoción en la que ha visitado México, Fráncfort, Florencia, Bilbao, Singapur, Bombay y Los Ángeles.

¿Cómo hace para llevar este ritmo?

-Estoy jodido por el jet lag. Siete ciudades en diez días... como los rockeros, pero sin las fiestas ni las drogas [risas], aunque creo que me encuentro en uno de los mejores momentos de mi carrera.

En Narcos: México interpreta a Félix Gallardo, el líder del cártel de Guadalajara.

-Estoy orgulloso de lo que hicimos. Creo en el entretenimiento, pero aspiro a ser parte de un entretenimiento que te haga pensar y reflexionar; que invite a un debate necesario y te cuente las cosas desde otra perspectiva. La serie lo logra.

La serie explora los orígenes del narcotráfico en México y viaja a la década de 1980, cuando esa red comenzó a forjarse entre productores y comerciantes independientes. En ese contexto surge la figura de Gallardo, capaz de unificar a los traficantes para construir todo un imperio...

-Muchos descubrirán en la serie muchos matices que a veces obviamos en esta conversación. Cuando la narrativa es solo de buenos contra malos es un error. Hay que hablar de un sistema de corrupción que ha llegado a todos los niveles de poder y de un mercado que no deja de crecer. Eso no lo hemos querido ver desde esa perspectiva. Mientras haya demanda, habrá oferta, es así de sencillo.

En la serie, Kiki Camarena (Michael Peña), miembro de la agencia estadounidense antidrogas (DEA), traslada a su esposa y su hijo de California a Guadalajara para asumir un nuevo cargo. ¿Su presencia allí provocará una trágica cadena de acontecimientos?

-Yo crecí con la historia de que el Gobierno era víctima del narco y tenía que negociar. Perdió el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y decían: ¿Ahora quién va a negociar? Ponían al Gobierno como una víctima que reaccionaba ante eso. La serie trata de mostrar que el Gobierno era parte de aquello. Estaban sentados en la misma mesa. De otra forma no explicas que se haya logrado ese andamiaje tan perfecto.

¿Cree usted que series de este tipo han glorificado o enaltecido a sus violentos protagonistas?

-Más bien creo que contextualiza y humaniza a Gallardo. Como actor, uno no juzga al personaje. Debo encontrar los motivos que lo mueven. Como narrador, me interesa entender el contexto que puede dar un caso como el de Félix. Aquí se cuenta la oscuridad de estos personajes, la soledad y la ambición desmedida que los caracteriza. Nosotros huimos de la retórica de que las cosas son blanco o negro. Es algo que hace daño y que está creciendo en todo el mundo. Esa idea de buenos contra malos, conmigo o contra mí. Yo pido que no se nos olviden los matices porque ahí están muchas respuestas. Y la serie habla de esos matices.

Tras encarnar a un personaje así, ¿ve cada vez más lejos la posibilidad de meterse en la piel de Tony Montana en una nueva versión de El precio del poder?

-Yo creo que sí, es complicado. Iba a hacerla con Antoine Fuqua, después con otro director -David Ayer-. Ahora estoy concentrado en esto. Es difícil que salga.

Lo que sí llegará seguro es la serie de televisión de Star Wars, donde retomará su personaje de Cassian Andor, al que dio vida en Rogue One en 2016.

-Tenía esa sensación triste de ver que los personajes tuvieron un principio y un final en la película. Extraño mucho ese universo y siempre pensaba cómo podía regresar. ¡Aunque fuera en forma de holograma! La noticia me dejó muy feliz. Es un universo que me fascina mucho.