Probablemente Juego de Tronos pasará a la historia como la serie de la que más se ha oído hablar sin que se haya visto. Estamos ante una especie de aristocracia de la televisión por la que solo unos pocos se permiten el lujo de pagar sus elecciones mientras que en el resto de los medios, la mayoría leen u oyen hablar de Juego de Tronos como si todo el mundo la estuviera siguiendo. Incluso entre quienes no han visto ni un capítulo hay grandes lectores de Canción de hielo y fuego que son los libros de George R.R. Martin. La gran mayoría no han visto ni un solo capítulo de las ocho temporadas de la serie. Ahora de nuevo le llega el turno al escritor, que se ha guardado bajo la manga la publicación de dos novelas: está escribiendo Vientos de invierno y le faltaría por crear el séptimo y último Sueño de primavera. Martin tiene mucho tiempo para meditar el verdadero final de Juego de Tronos suponiendo que no dé con la clave para seguir con otras temporadas. Así que pongan en cuarentena lo del final de esta serie porque tiene toda la pinta de que su final es algo parecido al de esos toreros que se cortan la coleta pero que luego vuelven a los ruedos sin mayores miramientos, algo parecido también a la retirada de Fernando Alonso de la Fórmula 1, decisión definitiva siempre y cuando no haya alguna oferta que le haga volver de nuevo. Conociendo el poder evocativo de R.R. Martin, no caben muchas dudas de que, en sus dos próximas novelas, dará las claves para dejar en papel mojado el final de Juego de tronos y que será él quien continúe con la serie a pesar de todos esos proyectos de precuelas y secuelas que actualmente están manejando para que esta gallina de los huevos de oro siga su éxito prodigioso. Ahora queda esperar la obra del genio: un autor ambicioso que conoce como nadie los entresijos del negocio audiovisual. No me cabe duda de que el punto final de Juego de Tronos lo pondrá George R.R. Martin. Como no podía ser de otra manera.