A Chicote lo tuvieron que escoltar después de que pusiera a caldo la comida de los comedores de los colegios canarios. “Yo por mi menú mato” parece que le gritaban a este cocinero que ha decidido tirar por la calle de en medio del entretenimiento culinario. Yo entiendo que haya gente que se mosquee con esto de hacer ocio con las cosas de comer. Antes besaban hasta el trozo de pan que se caía al suelo y hoy hacen mala televisión como otros mala comida. Todo demuestra que tras la gastronomía también está la pasión. Y pasión es lo que ha puesto Candela Peña en la serie que tiene como coprotagonista otra isla canaria: El Hierro. Movistar vendió la serie como la primera con una protagonista femenina. A estas alturas del siglo seguimos destacando esta circunstancia. Sigue siendo raro que las mujeres protagonicen la ficción por más que lo hagan en el día a día. Uno de los fiascos en cuanto al tratamiento de la mujer fue el final de Juego de Tronos. Después de mil años aparece un personaje femenino que puede con todos y en el último giro al guionista se le ocurre matarla para precipitar un final que no ha gustado a casi nadie. Candela Peña en Hierro hace de jueza y ejerce de mujer normal, por eso puede que Pablo Motos no terminara de cogerle el tranquillo a la entrevista de promoción que le hizo esta semana. Pablo Motos suele tener un problema cuando entrevista a mujeres. Es como si pensara que no lo va a hacer bien y ya se le fuera la pinza. Otros insinúan que lo suyo es simple misoginia. Lo cierto es que su programa de éxito pasa por colocar a varias mujeres en tareas excesivamente forzadas. Fue divertido, mientras duró la entrevista, ver a Candela toquetear el guion de Motos. Además de vender la serie, la actriz se divirtió. El regreso de Peña, que hacía mucho tiempo que no se veía por televisión, fue como un golpe de brisa fresca, en un programa diario al que le convendría abrir las puertas y las ventanas más a menudo a mujeres como Candela.