madrid - El veterano periodista Manuel Capelo ha estudiado en Del plomo al bit el “reto casi épico” afrontado por un grupo de prensa de “pasar en pocos años de una estructura pensada para el papel a redacciones casi cien por cien digitales”. Publicado por Ediciones Sevilla Press, trata de explicar “cómo ha afectado este cambio disruptivo, para el que no estaban preparados, a los lectores, a los profesionales de la información y a los directivos del sector”. El autor tiene una primera conclusión, que “el periodismo no ha muerto por los bits”, pero explica que en los primeros momentos de la digitalización “se cometieron muchos errores” y “se fue aprendiendo a base de golpes, de error/prueba” y que de este modo “se ha ido avanzando sin un modelo de negocio y sin tener las ideas claras, tan solo sabiendo que por ahí iban los tiros”.

Capelo compara la “información pura y dura” con “las materias primas agrícolas”, el valor de las cuales “depende de lo bien o mal que se haya dado la cosecha y de lo que necesite la demanda, pues la simple información hoy en día, con las redes sociales e internet, se ha convertido en un producto sin valor añadido. Si las empresas editoras de siempre se limitan a competir por esas noticias, se están equivocando, ya que ahora mismo el negocio está en darles valor añadido. Y eso significa que la información que vale es la que tiene sello de credibilidad y algo que la diferencia del resto de noticias falsas o lo que circula por la red y que pueden ser ciertas, pero son parciales, o las tiene todo el mundo”.

Y añadió que “si el periódico de papel, el que se compra en el quiosco, se limita a reflejar lo mismo que hemos podido leer antes en cualquier web, ese proyecto acabaría quedándose en el camino”. - D.N.