Crítica de los conciertos de Rig3l, Melenas y Chill Mafia: 'Las que se quedan y los que se van'

Otro año más, tras los conciertos previos del último trimestre del año, el día de Navidad dio comienzo una nueva edición del Festival Santas Pascuas. Como siempre, grandes nombres nacionales (Los Planetas, Albert Pla), y grandes artistas navarros, como pudo verse en la jornada inaugural, con un grupo que sigue con paso firme (Melenas), y otro que dice adiós en su mejor momento (Chill Mafia).

A eso de las 20:30, tras la actuación de Rig3l, salieron a escena las integrantes de Melenas. El cuarteto se encuentra ahora mismo presentando su último álbum, Ahora, aunque, en realidad, en esta banda eso parece un detalle accesorio, pues su verdadera filosofía se resume en estar siempre en la carretera. Inmersas en una gira interminable por España y otros países europeos, las de Pamplona se muestran compactas y perfectamente compenetradas sobre las tablas. En esta nueva etapa, han dado un giro bastante acusado a su propuesta, embadurnando sus melodías con distintas texturas electrónicas. En muchas canciones, de hecho, no hubo ni una sola guitarra en el escenario, decantándose por la formación de batería, bajo y dos teclados y sintetizadores. El resultado, obviamente, fue muy diferente al ofrecido en giras anteriores. En cualquier caso, la sensación que provoca su música sigue siendo la misma; una maraña sonora (antes más eléctrica, ahora más electrónica) en la que las buenas melodías continúan siendo la pieza fundamental. Bien por los grupos que evolucionan. Bien por Melenas.

Tras ellas, el (previsiblemente y salvo sorpresa de última hora) último concierto de Chill Mafia en Navarra. El grupo, formado en diversos barrios de Pamplona, ha encarnado la última gran revolución de la música foral. Con su mezcla de ritmos urbanos y tradición vasca, de letras irónicas, cotidianas y provocadoras, el combo ha logrado situarse en un lugar de privilegio dentro el panorama nacional. Por eso sorprendió tanto el anuncio de su despedida, justo cuando la banda vive su mejor momento. El concierto de Zentral fue una nueva prueba de que su capacidad de conectar con el público sigue siendo sorprendente, porque sigue sorprendiendo ver la efusividad de una sala llena hasta la bandera que canta todas y cada una de sus canciones. Valga como ejemplo uno de sus últimos lanzamientos, Mus corrido, que fue una de las canciones mejor recibidas de la noche.

Aunque se trataba de una despedida, la Chill Mafia no dejó espacio para tristezas y montó una buena fiesta. Kiliki, Flako, Ben Yart, Sara Goxua y compañía repasaron lo más granado de ese potente repertorio que han salido construir en tan solo cuatro años. No faltó Irene, que, al parecer, no está haciendo esta gira con ellos, ni su amigo Hofe, otro artista de la tierra del que cada vez se habla más y mejor. Y así fue como, en un ambiente de pura y sana alegría, el grupo se despidió de su ciudad. No sabemos qué les deparará el futuro a cada uno de sus miembros; en cualquier caso, que les quiten lo “bailao”.