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Buligan deja el San Antonio para entrenar al campeón de la Liga rumana

"Sólo tengo palabras de agradecimiento al club y a toda la gente que me ha apoyado estos años"

Buligan deja el San Antonio para entrenar al campeón de la Liga rumanaJAVI COLMENERO

PAMPLONA. "Llegué en 1995 de puntillas a un equipo recién ascendido a la Liga Asobal y me marcho de la misma manera. Sólo tengo palabras de agradecimiento al club y a toda la gente que me ha apoyado estos años y, a quienes haya podido molestar les pido disculpas, aunque creo que puedo presumir de dejar más amigos que enemigos", ha asegurado hoy a EFE una de las leyendas del conjunto albiazul.

Tras conocer que el técnico navarro Juanto Apezetxea es el elegido por la nueva directiva antoniana para hacerse cargo del equipo en un momento delicado por la crisis económica, Buligan ha reconocido que le hubiera gustado recoger el testigo de Villaldea.

"Llevo 15 años vinculado al club, tanto como jugador como en el apartado técnico y reconozco que me hubiera gustado seguir en Pamplona y en el San Antonio como entrenador, del que creo formo parte de su historia", ha dicho.

"Sólo me molesta que, desde la marcha de Miguel Galarraga de la presidncia, nadie se haya dirigido a mí para decirme si continuaba o no. He aguantado lo máximo posible pero, al final, he optado por aceptar la oferta que me había llegado desde Rumanía y me marcho sin ningún rencor ni resentimiento", ha admitido con franqueza.

A sus 50 años, el ex portero antoniano ha echado la vista atrás y repasado una trayectoria deportiva plagada de éxitos en la que, tras comenzar su carrera en la Politehcnica Timisoara con 17 años, ganó una Copa con el Dinamo de Bucarest y conquistó dos bronces en los Juegos Olímpicos de Moscú'80 y Los Angeles'84.

Su posterior explosión en el Mundial de Checoslovaquia'90 le llevó a recalar con 30 años en las filas del Arrate de Eibar y, tras pasar por el Guadalajara, "Zupo" Equísoain lo repescó con 35 años para jugar en el San Antonio, donde ha permanecido siete años como jugador y ocho más realizando labores de delegado, entrenador de porteros y relaciones públicas con la EHF, así como ayudante de Javier Cabanas y Chechu Villaldea.

"Puedo decir que Navarra es mi segunda patria. Empecé desde abajo y fui subiendo peldaños mientras mucha gente se retiraba y yo empezaba a ganar títulos. Me llevo un recuerdo muy bueno y por eso mi marcha es un hasta luego, en el sentido de que paso página pero no descarto volver algún día", ha afirmado Buligan, quien conquistó, entre otros trofeos, una Copa de Europa y una Liga Asobal.

De profundas creencias religiosas, la vida le ha respetado en lo físico y él, con un trabajo metódico y constante, logró mantenerse en activo hasta los 42 años, aunque asume que el grave accidente de tráfico sufrido en febrero de 1999, días antes de que el entonces Portland San Antonio ganase el primer título de su historia -la Copa del Rey-, marcó un antes y un después en su vida.

"Nunca tendré palabras para agradecer cómo se volcó la gente conmigo. Mi mujer y yo nos sentimos muy arropados y eso hizo que decidiéramos establecernos en Pamplona. Agradezco también el apoyo de los presidentes que han pasado por el club como Tajadura, San Miguel o Galarraga, así como de "Zupo" al que le debo mucho, Cabanas o Villaldea, con quien ha aprendido muchísimo y he ganado un amigo".

Mientras Buligan partirá este jueves hacia Constanta, localidad rumana a orillas del Mar Negro, su mujer Silvia permanecerá en Pamplona por motivos laborales y su única hija, Andrea, continuará estudiando en Londres, una situación personal "complicada" pero que espera mitigar con la "ilusión" del nuevo reto deportivo que ha supuesto, según dice, "todo un acontecimiento" en su país.

"Estoy muy ilusionado porque vuelvo a Rumanía después de 20 años y, además, a dirigir al Constanta, actual campeón de Liga que va a jugar el primer partido de la 'champions' ante el Ciudad Real. La gente ha mantenido viva mi imagen y mi regreso ha supuesto un 'boom' a nivel del balonmano rumano", ha comentado Buligan que, en principio, ficha por un año hasta ver "cómo van las cosas".

Buligan ha asegurado que el balonmano "me lo ha dado todo" y, aunque su espina clavada ha sido "no poder ganar la Copa Asobal", no ha dudado en afirmar que en sus más de 30 años como profesional ha conocido a grandes jugadores y personas.

"Es difícil decir nombres porque no quiero dejarme a nadie, pero quien me dejó una huella imborrable fue Jackson Richardson, así Ivano Balic y todos los jugadores de la casa que empezaron conmigo a levantar al San Antonio para llegar a lo más alto", ha concluido.