La presentación del Cuatro y Medio estuvo salpicada de polémica. La Liga de Empresas anunció durante la puesta de largo del torneo una novedad para todos, ya que incluso los propios protagonistas de la competición, los pelotaris, conocieron en aquel mismo instante que la televisión iba a tener la potestad de solicitar dos descansos durante los partidos que sean emitidos por Euskal Telebista y Nitro, los dos canales que en la actualidad retransmiten encuentros de mano profesional. Desde la empresa Bainet, encargada de la producción de los duelos que ofrece Nitro, explican que se trata de un "recurso publicitario" que ya se aplica en otros deportes. Pese a tratarse de una innovación en una modalidad tan arcaica, la pelota ha ido evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos y tecnologías. Buenos ejemplos son el cambio del color de los frontones -se pasó del blanco al verde y en la actualidad ya se han disputado partidos en el recinto azul de Zalla-, el atrevimiento de la promotora navarra Frontis para vestir a sus pelotaris con pantalones piratas y los primeros partidos televisados. Los tiempos cambian, pero no el trasfondo de las variaciones. Y es que los futuros parones publicitarios al antojo de las televisiones -ni ETB ni Nitro han hecho todavía uso de su derecho ni lo harán en un futuro cercano- tienen una tremenda semejanza con la pausa obligada de antaño para rezar el Ángelus.
Las finales del Manomanista no siempre se han disputado en horario vespertino. Hubo un tiempo, ahora ya bastante lejano, en el que se jugaban en horario matinal y, cuando se acercaba el mediodía, los duelos se tomaban una pausa para la oración a la Virgen María, ritual en el que participaban curas, pelotaris, jueces y espectadores. Daba igual la situación del encuentro: cuando daban las doce, el encuentro se detenía durante aproximadamente cinco minutos para rezar el Ángelus. El parón a veces favorecía a uno y otras entorpecía la labor del oponente. Por eso la situación no era del agrado de los pelotaris, de la misma forma que tampoco lo será cuando las televisiones se entrometan en el discurrir de los partidos de las competiciones actuales. Aunque eso sí, desde Bainet insisten en que su intención es la de solicitar dichos descansos cuando sea estrictamente necesario y sin ánimo de entorpecer el discurrir de los encuentros. Y es que Nitro emite su publicidad en función de las órdenes que recibe desde la central de Madrid -el canal pertenece a Antena 3, que inserta anuncios a la vez en todas sus cadenas, incluidas las de TDT-.
La cuestión es que los descansos que no solicitan los pelotaris pueden alterar el desarrollo -y a veces el desenlace- de los partidos. Ocurría con el rezo del Ángelus y podría volver a pasar con la inclusión de anuncios publicitarios cuando las televisiones hagan uso de su potestad de parar los enfrentamientos que retransmitan. Y como muestra, un botón. A Martín Ezkurra, histórico botillero de los Retegi, entre otros, se le viene rápidamente a la cabeza una de las finales del Manomanista en la que el Ángelus casi altera un partido que su pupilo, José Ignacio Retegi, casi tenía ganado. Sucedió en 1974 en Anoeta y a Retegi I le sorprendió la oración cuando dominaba con comodidad a su rival. "Jugaba contra Gorostiza", recuerda Ezkurra, "e iba ganando con facilidad. Gorostiza estaba fundido y al acabar un tanto se desvaneció porque no podía más. Me acuerdo que tuvimos que levantarle del suelo entre García Ariño I y yo para acompañarle hasta el vestuario. Allí permaneció un rato hasta que dieron las doce para rezar el Ángelus y el posterior aurresku. En total fueron más de 15 minutos de parón. Retegi I se enfrió, Gorostiza se recuperó y terminó forzando el empate a 21. Al final ganó Retegi, pero eso demuestra que los parones pueden influir en los partidos", sentencia Ezkurra desde la experiencia personal.
En la actualidad, son varios los pelotaris que levantaron la voz en la presentación del Cuatro y Medio para protestar por el derecho a solicitar descansos que han adquirido las televisiones, actitud que no es nueva. Martín Ezkurra relata que en su día también hubo quejas por parte de los profesionales para que el Ángelus no alterara el desarrollo de los partidos. "La solución era bien sencilla: esperar unos minutos para que dieran las doce, rezar y luego comenzar el partido. Solicitamos a la federación que estudiara esta posibilidad, pero nunca la tuvieron en cuenta porque decían que el parón para el Ángelus era una tradición que no se podía alterar". Utiliza el ejemplo el botillero de los Retegi, un asiduo del Labrit cada vez que La Bombonera abre sus puertas para acoger competición pelotazale, para reivindicar el derecho de los manistas. "Hay que cuidar a los protagonistas de la pelota", señala. Y es que Ezkurra se muestra en desacuerdo con el recién adquirido derecho de las televisiones a cortar los partidos cuando la publicidad lo exija. "No me parece nada bien, porque puede darse el caso de que alguién esté en racha y la tele pida un descanso que corte ese buen momento del pelotari". Y añade, con humildad, una posible solución. "Creo que los anuncios se podrían meter cuando los pelotaris pidan sus descansos. Al menos, así se ha funcionado hasta ahora".
Las pausas que provocaba el Ángelus sobrepasaban a veces los 10 minutos, aunque con el paso del tiempo se redujo su duración, hasta su desaparición en los primeros años de la década de los 90. Las retransmisiones televisivas acabaron con la tradición religiosa y años más tarde trasladaron las finales del horario matinal de antaño al vespertino de la actualidad. Las necesidades publicitarias de una de las principales vías de difusión del deporte de la pelota han terminado por instalarse en los campeonatos de la Liga de Empresas y, aunque las televisiones todavía no han hecho uso de su derecho, no tardarán en hacerlo. Será entonces cuando algunos alcen la voz, para defender o atacar una medida que, sin duda, no dejara indiferente a nadie. Ni a los que vivieron la época del Ángelus ni a los que dominan ahora la era de la publicidad.