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Ezkaba: la ciudad se echa al monte

Más de 1.500 montañeros reivindicaron ayer en la 17ª edición de la Marcha Popular a San Cristobal-Ezkaba un mejor cuidado para este pulmón verde de la Cuenca de Pamplona.

Ezkaba: la ciudad se echa al monteJAVIER BERGASA

Más de 1.500 personas volvieron a calzarse ayer las botas de monte para dejar de lado los ajetreos de la ciudad y hacer piña con Anaitasuna en la Marcha Popular a San Cristóbal-Ezkaba. De esta manera no sólo reivindicaban la sana costumbre de echarse al monte para olvidar temporalmente los achaques de la vida urbana, sino que reclamaban una vez más -y ya van 17- un mejor trato para este popular ochocientos de la Cuenca de Pamplona.

Sobre las 10.30 horas de la mañana de ayer centenares de pequeños grupos de montañeros iban coronando paulatinamente el monte San Cristóbal. Allí les esperaba un agradecido almuerzo a cargo de los organizadores para reponer fuerzas después del esfuerzo mañanero. Era el premio a una jornada marcada en rojo en el calendario mendizale que había comenzado hora y media antes en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona. Una cita que una vez más se tradujo en un éxito de participación, sobre todo de familias jóvenes, y que ni siquiera la lluvia, que llegó tarde, pudo aguar.

El único punto negro fue una vez más el estado del monte en la zona del cortafuegos. Una situación paradigmática del estado de algunas zonas de San Cristóbal y que es precisamente una de las principales motivaciones de esta cita montañera. Así lo señalaba Txumarra Garisoain, responsable de la sección de montaña de Anaitasuna. "La iniciativa ha vuelto a ser un éxito de participación, la gente ha vuelto a responder y la valoración no puede ser más que positiva. Sin embargo, mucha gente se ha quejado de cómo esta la zona del cortafuegos. La idea de la Marcha es precisamente reivindicar un mejor trato a esta montaña. Además, estamos en un momento importante porque hay varios proyectos, entre ellos el de la construcción de un teleférico, que nos inquietan. Creemos que se puede hacer algo interesante y bonito sin cometer una aberración. Hay que cuidar un lugar con unas características naturales y culturales tan peculiares", explicaba.

Un aspecto éste que Anaitasuna lleva 17 años reivindicando y que, como se vio ayer, cuenta con el apoyo de una legión de montañeros.