La ocasión era demasiado buena para desaprovecharla: "Has sido noticia por no subir el Everest". Y Ochoa de Olza no tenía más remedio que reírse, porque unas semanas atrás cinco de los seis miembros de la Expedición BEX Everest 2012 se habían convertido en los primeros navarros que hollaban la cima del mundo en dos intentonas diferentes: Pitxi Egillor, Patxi Fernández, y Juan Tomás, Pedro Tous y Mikel Repáraz.
Solo se había quedado sin lograrlo Iñaki Ochoa de Olza, quien había sufrido una congelación de córnea que le había obligado a darse la vuelta a solo 400 metros de la cima.
"Creo que pagué mi inexperiencia. Salí a por todas, con demasiado impulso, y lo pagué. Hacía buen tiempo y se veía claro que era un día de hacer cima. Vi a Patxi y a Pitxi tan fuertes que supe que llegarían arriba, y cuando llevaba cinco minutos bajando, iba llorando como un niño".
Ochoa de Olza ni siquiera tuvo una segunda oportunidad: "No, porque el médico me dijo en el Campo Base que la lesión en el ojo era bastante seria, y tenía además un principio de congelación en algún dedo de los pies, aparte de que tenía demasiado espesa la sangre. El riesgo no compensaba".
Pero, pese a todo, estaba feliz: "Firmaría que siempre fuera todo como en esta expedición: que hagan cima cinco de seis es un éxito para todos. Un alpinista inglés decía que en el Himalaya hay que cumplir tres premisas: 'Volver todos, volver amigos y hacer cima'. En nuestro caso se cumplen las tres, porque hemos convivido de maravilla".
A sus 25 años, el montañero pamplonés ya había intentado, sin éxito, subir el Kangchenjunga, el Makalu y el Everest, pero lejos de achantarse por ello, cada vez se enamoraba más del Himalaya: "Cuando ves los ochomiles, te apetece subirlos todos. Y el Ama Dablam, un 6.000 que ves dos días antes de llegar al Campo Base del Everest. Vuelvo a Pamplona con la intención de regresar al Nepal porque aprendes a conocer una cultura, una gente, haces amigos, aprendes un idioma que es muy sencillo... Me gusta el Nepal".
El resto es historia del himalayismo navarro: doce ochomiles entre 1993 y 2007 y, por supuesto, uno de ellos el Everest.