A ritmo de brújula
el equipo del club deportivo navarra logra el bronce en el campeonato europeoEn la Cuenca de Pamplona se celebra una prueba de 116 kilómetros en la GR 220
pamplona. Por el número de pruebas y de participantes y por la importancia cada vez más destacada que tiene en la vida diaria de los clubes, el rogaine se ha convertido en los últimos años en un dinamizador clave de las actividades de montaña. Navarra no es una excepción, como lo demuestran las numerosas carreras de orientación que cada fin de semana se llevan a cabo y la asistencia que reciben. Hay clubes, como el Deportivo Navarra, cuya sección de rogaine se ha convertido en uno de los principales catalizadores, a lo que sin duda ha contribuido el excelente nivel que algunos de sus integrantes han ido adquiriendo.
Si el año pasado el equipo integrado por Eric Colón, Roberto Pascual y Jorge Urquizu ya demostró su progresión al terminar en el puesto 21º del Campeonato del Mundo de la especialidad disputado en Chequia y Alemania, el inicio de 2013 no ha hecho más que confirmar su progresión que les ha permitido consolidarse en la elite con el tercer puesto alcanzado en el Campeonato Europeo de rogaine celebrado la semana pasada en la localidad de La Llacuna, a 75 kilómetros de Barcelona.
Emplearon 23h.48:47 en cumplimentar el recorrido, mientras que los primeros clasificados invirtieron 23h.28:31 y los segundos, 23h.44:40. Tomaron parte 268 equipos en una prueba que se llevó a cabo bajo la modalidad de 24 horas non-stop, en la que cada equipo decide la distancia y la ruta a seguir. Los tres navarros tuvieron que correr cerca de 140 kilómetros por el monte y con unos 5.000 metros de desnivel positivo, que exigió una entrega física máxima. Para alzarse con el tercer puesto necesitaron cumplimentar 55 controles de los 63 posibles en un mapa de 130 kilómetros cuadrados, en un trazado que los participantes calificaron como "muy duro" por los constantes desniveles y una vegetación espesa de carrascas y matorrales que por momentos convirtieron el bosque en una espesura impenetrable.
Las primeras seis horas de carrera fueron de día, que los navarros supieron utilizar para sacar tiempo a sus principales rivales. "Las hicimos muy rápido junto a los estonios y franceses. Al llegar la noche ya nos quedamos en solitario con la dureza del frío pero sin lluvia, y fue cuando seguimos tirando muy fuerte y nos dimos cuenta al sobrepasar al equipo de Bizkaia hacia las 12 de la noche, de que íbamos fuerte", comentó Urquizu. Fue en ese momento cuando decidieron tomarse un respiro. "A las dos de la mañana hicimos una paradita para recargar fuerzas, comer, hidratarnos y cambiar ropa, que fue fundamental, ya que salimos muy fuerte y afrontamos las últimas 9 horas hasta las 12 del mediodía".
orientación en la Cuenca
Subiza, 'non-stop'
Mientras en los montes catalanes unos disputaban el Campeonato de Europa, en la Cuenca de Pamplona se disputaba una prueba novedosa, que comenzó a gestarse con un par de correos electrónicos. Las redes sociales hicieron el resto y la respuesta fue inmediata. Gente de la montaña, habituales de las marchas y de carreras de trail se hicieron eco de la propuesta Quedada popular GR 220, Vuelta a la Cuenca de Iruña, con un recorrido circular de 116 kilómetros y 4.800 metros de desnivel positivo y dos objetivos para los distintos corredores: enlazar alguna de las etapas o hacer todas ellas en non-stop. El lugar elegido para la salida fue Subiza, donde se confirmaban las predicciones meteorológicas que iban anunciando lluvias y rachas de fuerte viento y la presencia cruda del invierno en forma de nieve caída en la semana anterior. Pese a todo, 70 personas se dieron cita para compartir esta experiencia, que tuvieron el apoyo de Travel Trail que, con avituallamientos en diversos puntos de las etapas, coches de apoyo que transportaban ropa y diverso material de cada participante, hicieron más llevadero el intenso esfuerzo.
Partieron a las 5 de la mañana desde el frontón de Subiza unas 40 personas con los frontales, encendidos, emocionados pero conscientes de una dura jornada bajo la lluvias y el frío. Comenzaron con la subida a Erreniega para bajar hasta Belascoain, donde se unieron otras 30 personas para afrontar la etapa más dura: Belascoain-Egillor. Soportaron fuertes rachas de viento y lluvia además de nieve acumulada a lo largo del camino, con lo que la llegada a Egillor fue todo un reto. En la sociedad del pueblo, los participantes pudieron entrar en calor y recuperar fuerzas con un buen avituallamiento a base de caldo, sándwich, pasta y bebidas. Además pudieron cambiarse de ropa y calzado para hacer frente al resto de etapas.
La llegada a Zabaldica y a Ardanaz a última hora del día dejó a varios corredores en el último avituallamiento. Pero los que siguieron adelante tomaron rumbo a la sierra de Aranguren y Tajonar bajo el influjo de la luna llena. Seis horas quedaban por delante para llegar a Noáin sobre las 2 de la mañana del 27 de enero. Unos gritos de aliento de amigos de los corredores que todavía seguían en el reto consiguieron que 7 de los 70 participantes encararan el último tramo dirección Salinas, Arlegi y por fin Subiza. Tras 22 horas de esfuerzo unos y 23 horas para otros los 116 kilómetros de recorrido se habían completado.