Bilbao - La tercera sesión de la vista oral que transcurre en el Juzgado de lo Penal número 1 de Bilbao y que investiga un delito contra la salud pública relacionado con Urdaibai en 2010 estuvo centrada en la declaración de cuatro guardias civiles que comentaron algunos de los detalles de la investigación, comenzada después de la Bandera de La Concha de esa misma temporada, y confirmaron la declaración hecha por Teresa Mesa el primer día, cuando afirmó que había mandado tres paquetes de eritropoyetina (EPO) a Bermeo a nombre de Josu Zabalondo. Asimismo, durante la jornada de ayer también testificaron otros cuatro remeros de la Bou Bizkaia de 2010, que ratificaron la versión dada por sus compañeros el día anterior, negando completamente haber sido pinchados por vía intravenosa o por parte del entrenador José Manuel Francisco, contradiciendo el testimonio expuesto por el testigo protegido durante la primera sesión de la vista oral.
Uno de los guardias civiles a los que se tomó declaración durante el día de ayer afirmó que en Bermeo se recibieron dos paquetes, uno de ellos se perdió, y que llegaron desde Córdoba por medio de Teresa Mesa, una entrega por la que la cordobesa presuntamente recibió 2.400 euros. El guardia civil comentó que la imputada había confesado que en esos paquetes había una cantidad de EPO que ella misma guardaba desde que su marido, el exciclista y también encausado Antonio Arenas, dejó la competición en 2004. En dicho interrogatorio también se declaró que Arenas dijo que era desconocedor de las prácticas de su mujer, ratificando la versión dada el primer día. Según este testimonio, Mesa recibió una llamada de Bermeo una vez iniciada la investigación en la que se le pedía usar como “coartada” un supuesto envío de piezas de bicicletas, en vez de la entrega de las sustancias dopantes.
utilizar canales seguros En el día de ayer también volvieron a salir a la luz las investigaciones telefónicas realizadas y el guardia civil declaró que las conversaciones se hacían en “clave” y como si fuera una “organización delictiva”. Entre las escuchas, los agentes oyeron que se pedía utilizar líneas y fax “seguros”. El guardia civil declaró que las conversaciones por teléfono entre el médico Marcos Maynar y José Manuel Francisco eran “muchísimas”, mientras la actividad con Borja Garay, el entonces encargado de los servicios médicos del club y también imputado, era “escasísima”.
Entre esas charlas, una de las cosas presuntamente más escuchadas fue la necesidad de Urdaibai de contratar a un “médico valiente”. “En el argot significa un médico que es capaz de sobrepasar la línea de lo legal”, se explicó.
nula colaboración El guardia civil declaró que los acusados usaron un sistema “imposible” de detectar por los agentes para realizar sus conversaciones. “Utilizaban un correo electrónico y dejaban las conversaciones en el borrador para que pudiera leerlo otra persona”, añadió el testigo.
Los agentes que testificaron comentaron que en “ningún momento” tuvieron ayuda de Urdaibai para realizar la investigación. “Desde el minuto uno intentaron poner todas las trabas posibles”, explicaron, mientras contaron un ejemplo en la que llamaron a declarar a los remeros y que tras aceptar estos, recibieron una llamada advirtiéndoles que nadie del club iba a ir a declarar voluntariamente.
Además de las escuchas telefónicas, la Guardia Civil realizó dos seguimientos, uno en Talavera y otro en Burgos. En este último se juntaron “el entrenador, un directivo y el médico Lolo Velarde. “En ella comentaron las regatas que iban a ganar y mientras el directivo pedía ganar todas, el entrenador advirtió que así se llamaba mucho la atención”, comentó uno de los testigos.
A su vez, en la reunión de Talavera tomaron parte Maynar, Francisco y otra persona más. En la sesión de ayer se interrogó a tres agentes relacionados y dos de ellos reconocieron no conocer a las personas que estaban en ese momento en aquel lugar ya que su objetivo era “fotografiarles” y que solo conocían la “peligrosidad” de los implicados.
Mientras, el tercero comentó que había escuchado parte de la conversación y que en ella Maynar decía a Francisco: “24 cajas, 1.800. Cuando haga el pedido te llamo, y ya quedamos en Cáceres o donde te venga bien”.
hablan más remeros Por otra parte, ayer testificaron más remeros de la plantilla de 2010 y coincidieron en la versión de sus compañeros que declararon el día anterior, diciendo que nunca habían sido pinchados por vía intravenosa y que los encargados de realizar los pinchazos eran siempre Borja Garay y la ATS Arantza Ormaza. Además, Iker Zabala también reconoció haber coincidido en una ocasión con Maynar en el club y haberse sometido a unos pliegues realizados por el médico extremeño.
contradicción La única contradicción surgida ayer entre los testimonios de los remeros fue de Jon Arbizu, que a diferencia de sus compañeros, dijo que sí les hacían las recuperaciones en los hoteles y que a veces se trasladaron con ellos para eso Borja Garay o Arantza Ormaza, algo que los dos imputados negaron el primer día ante el tribunal .
Otro de los temas que se trataron durante la tercera jornada del juicio fue el caso de la albúmina humana utilizada presuntamente por el médico Borja Garay. Los testigos que declararon ayer, relacionados con la residencia de Bakio en la que trabaja el galeno, confirmaron la declaración del imputado en la que se afirmaba que esa sustancia fue utilizada, con el consentimiento de la familia, para ayudar a una enferma de alzhéimer. Asimismo, Almike Monasterio negó haber autorizado al médico a utilizar su nombre para solicitar una receta de carnicor y efedrina. Algo que Garay justificó el primer día reconociendo que había pedido esos medicamentos para la embarcación de Urdaibai, pero que al no poder poner el nombre de un club en una receta optó por usar el de Monasterio.