pamplona - Entrar al vestuario del Lourdes es algo especial. El equipo de Tercera tiene un espacio personalizado para cada jugador, con fotos y montajes realizados con mimo. El artífice no es otro que Alfonso Ochoa, alma mater del Lourdes, a quien su afición por el fútbol le ha permitido superar las limitaciones de su dificultad auditiva.
Ya se ganó el cariño del club en su etapa como portero y ahora lleva el Lourdes en el corazón. Se esmera por transmitir su pasión por el club. “Hace años que soy segundo entrenador y pensé hacer algo diferente. Viendo vestuarios de Primera División fui introduciendo fotos para personalizar las perchas y fotos de los jugadores con frases. Cada uno se sienta en el mismo sitio, tiene su número. Al principio eran fotos posando y después ya en movimiento”, comenta, haciéndose entender con la ayuda de su hermano.
Su aportación a la estética del vestuario es una más de sus polifacéticas aportaciones al Lourdes. “Soy el comodín. El día que no está el entrenador de porteros, los entreno, llevo las redes sociales, ayudo a mi hermano como segundo entrenador, apuntando en el banquillo las faltas cometidas, los puntos débiles...”.
El fútbol le ha ayudado a integrarse. “Es un deporte que me ha gustado siempre. De niño me sirvió para hacer amigos y mejorar como persona. De joven era más tímido y me ayudó a hacer cuadrilla”.
Tiene una buena relación con la plantilla. “Me han tratado muy bien. Soy uno más del vestuario. Estoy más cerca de la edad de los jugadores que el entrenador”.
Para él, el apoyo de su hermano ha sido importante. “La verdad es que llevamos muchos años juntos y nos llevamos bien. Es más fácil acceder al mundo del fútbol con él, aunque a veces discutimos sobre todo con las alineaciones, porque hay tres o cuatro que no coincidimos”. Justamente es eso lo que Carlos le pide. “Quiero que me dé su punto de vista. Muchas veces le he dado la razón, y eso que es el hermano pequeño”.
No se considera un ejemplo de superación de barreras y de integración de personas con dificultad auditiva. “Las barreras las tenemos que quitar”. Su dificultad auditiva es de nacimiento. “Con menos de un año, en la familia se daban cuenta de que cuando su padre volvía de trabajar, no salía a recibirlo. No oía”, relata. Y su hermano Carlos apostilla. “Le operaron a una edad muy temprana y le pusieron un implante cloquear. En mi familia nunca le hemos hablado con lenguaje de signos. Mi padre dijo que había que enseñarle a hablar. Recuerdo que decía: mi hijo es sordo, pero no mudo. Y lo consiguió con esfuerzo y ayuda del logopeda”.
Para Carlos Ochoa también su hermano le ha aportado mucho. “Tener un hermano diferente te hace ser más cercano. Como soy el mayor, he intentado ayudarle en todo lo que he podido. A los dos nos gusta el fútbol y he intentado que su vida fuera mejor a través del deporte. Cuando él jugaba, me gustaba estar detrás de la portería. Sé que le gusta entrenar, pero no puede comunicarse, pero yo sabía que con sus virtudes él me podía ayudar. Somos del Lourdes y disfrutar con él el ascenso a Tercera ha sido una de las cosas más bonitas”, señala Carlos.
No es el único caso en el fútbol navarro. Un jugador del Egüés llegó a jugar competición europea de fútbol para sordos y hay un árbitro, Jesús Mari Orejas, que arbitra en Regional a pesar de no oír. “Lo conozco porque nos ha arbitrado. En Fontellas nos lo presentaron. Es un ejemplo más de que podemos hacer lo que nos propongamos”.
Fecha y lugar de nacimiento. 11-11-86, Tudela.
Trabajo. Pierher Tudela.
Trayectoria. Jugó en el Lourdes desde los 8 a los 20 años. Tras dejar el fútbol en activo, entró en el cuerpo técnico con su hermano Carlos hace seis años. Ha estado tres ayudándole en el Fontellas y lleva tres en el Lourdes en el primer equipo del Lourdes. La temporada pasada subieron a Tercera.