Iñaki Ochoa de Olza fue un excelente alpinista. Escaló doce ochomiles, protagonizó más de 200 expediciones al Himalaya y se convirtió en el primer montañero estatal que logró alcanzar una de las cimas más altas del planeta en menos de 24 horas. Pero, sobre todo, Iñaki Ochoa de Olza fue una excelente persona. Porque convirtió al Himalaya en su casa y a las gentes de Nepal en más que vecinos. En su familia. Porque no solo se preocupó por conocer las necesidades de los pueblos acostados sobre las laderas más empinadas del mundo, sino que también quiso satisfacerlas.

Así, entre ascensiones y cumbres, este navarro ideó un proyecto humanitario que, sin embargo, no pudo llegar a ejecutar. El Annapurna no se lo permitió, provocándole daños cerebrales y un edema pulmonar que se lo llevaron antes de tiempo. Era 2008, pero el sueño de Ochoa de Olza no murió con él. Porque sus familiares y amigos no quisieron recuperar su cuerpo -que permanece en uno de los lugares que Iñaki más amaba-; pero sí que recogieron el testigo de su deseo. Así, crearon SOS Himalaya, una fundación que nació con el objetivo de preservar la memoria del alpinista a través de sus proyectos de cooperación inacabados en vida.

Ahora, la historia de Ochoa de Olza y su amor por Nepal ha quedado plasmada en un cuento llamado "Las aventuras de Iñaki en el Himalaya". Escrito por la coordinadora de la Fundación Elena Sagaseta de Ilúrdoz, ilustrado por Ana Azpilicueta y con un prólogo escrito por Alex Txikon, su compañero habitual de expedición; esta publicación pretende, tal y como explica la autora, "dar a conocer a Iñaki, a una persona que amaba la montaña y a sus gentes". Así, la historia narra cómo el alpinista, de la mano de su inseparable amigo Mingma Sherpa descubrió la belleza de Nepal y la necesidades de sus gentes: "Es un cuento pensado para que los niños sepan por qué Iñaki amaba tanto la naturaleza, el Himalaya y sus pueblos. Por qué surgió la fundación y dar a conocer sus valores, esos que la sociedad actual está perdiendo, para intentar recobrarlos".

Con todo, Sagaseta de Ilúrdoz ya anunció que los beneficios de su venta -cuesta 10 euros, consta de 48 páginas y está disponible en euskera y castellano- irán íntegramente destinados a los diferentes proyectos que en la actualidad está llevando la Fundación: la construcción de un hospital en Makalu, el mantenimiento de un comedor en la escuela de Seduwa y la ayuda a 108 familias que se quedaron sin vivienda por el monzón del pasado verano. Proyectos con los que los allegados de Ochoa de Olza quieren devolver a las gentes de Nepal todo lo que antaño le dieron al alpinista navarro.

El tirón que está teniendo el cuento pilló de sorpresa a la propia Sagaseta de Ilúrdoz: "Como lo escribí yo misma pensé que había quedado una cosa de andar por casa, pero apostaron porque se iba a vender bien y la verdad es que está teniendo una tirada bestial. Iñaki sigue teniendo tirón". Así, lo que comenzó siendo un material para llevar a los colegios y a las charlas con los alumnos, se acabó convirtiendo en un exitoso homenaje ilustrado a Ochoa de Olza.

Con lo recaudado, SOS Himalaya continuará con los proyectos que Ochoa de Olza ideó pero que no pudo llegar a ejecutar