Naiara Díez, una de las jugadoras navarras más relevantes de los últimos tiempos, dice adiós al baloncesto profesional. La alsasuarra, capitana y alma mater, anunció este miércoles su retirada a los 34 años después de 13 temporadas en la máxima categoría y otras dos en LF2, las que jugó con Unión Basket Navarra.

“Querido baloncesto, mi viaje como jugadora a tu lado ha llegado a su fin”. Con estas palabras, recogidas en un comunicado, Díez hacía pública su decisión de poner punto y final a su carrera en la elite del baloncesto. Una trayectoria que incluye equipos como el Ardoi, Basket Zaragoza, Unión Navarra Basket (UNB) y finalmente Gernika, donde ha vestido su camiseta las últimas ocho temporadas y ha podido disputar competición europea.

En sus inicios, la alero de Alsasua tuvo que abandonar Navarra para formarse en Zaragoza, si bien posteriormente regresó a su tierra para formar parte del UNB y ascenderlo a Liga Femenina. Un proyecto que acabó por difuminarse y en el que fue pieza fundamental junto a otra ilustre navarra, María Asurmendi. Ambas jugadoras se convirtieron en referentes del baloncesto femenino navarro.

En su comunicado, Naiara Díez da las gracias “a todas y cada una de las personas que me he encontrado en el camino”. Recuerda sus comienzos en Alsasua, “donde me enseñaron que, a base de trabajo y de sacrificio, los sueños están más cerca de conseguirse”. “Tenían razón, nunca imaginé que mi hobby aquellas tardes en el polideportivo se convertiría finalmente en mi modo de vida, así que me siento una auténtica afortunada”, añadía.

Asimismo, agradece a todos los clubes en los que ha desarrollado su carrera “por hacerme sentir su calor y por llenar mi maleta de vivencias y experiencias inolvidables”. La alero navarra destaca sobre todo sus ocho temporadas en Gernika, “su casa” como ella misma recalca, y agradece también el apoyo incondicional de su afición.

Naiara Díez hizo especial mención en su carta de despedida al colectivo arbitral, del que ha tenido “uno de ellos en casa, mi aita”. “Sólo puedo darle las gracias por enseñarme a respetaros. Sé lo difícil que es vuestro trabajo dentro de la cancha, pero agradezco que fuera de ella me hayáis mostrado vuestro lado humano”. En su carta no se olvida de su familia, a quien agradece “educarme con la humildad por bandera, apoyarme siempre y no dejarme caer nunca”. Y tampoco de sus amigas, quienes le han recordado siempre “de dónde venimos y da igual dónde estemos, porque siempre nos encontramos”.

La jugadora navarra concluye su despedida esperando que la situación actual mejore y se vuelva a disfrutar de los pabellones con el apoyo de los aficionados. “Me bajo en esta parada, pero que nadie dude que seguiré el baloncesto de cerca, desde la grada, como una aficionada más”.

“Me bajo en esta parada, pero que nadie dude que seguiré el baloncesto de cerca, como una aficionada más”

“Gracias a mi familia por educarme con la humildad por bandera, apoyarme siempre y no dejarme caer nunca”

Capitana del Gernika