Recién aterrizado de Tokio, el nadador Iván Salguero hace un balance positivo de su segunda participación en unos Juegos Paralímpicos. Es el deportista navarro que más cerca ha estado de la medalla con un cuarto puesto en el relevo 4x100 mixto.

Cuenta que el ambiente ha estado "apagado y triste" sin público y tantas restricciones, entre ellas, las más de 10 PCR a las que se ha sometido. A pesar de una "preparación corta", se va "muy contento" de su actuación en el Centro Acuático de Tokio, donde también ha cosechado un séptimo puesto en los 400 libres.

Con dos diplomas olímpicos bajo el brazo, Salguero se centra en el "ahora", porque le gusta ir "poco a poco, año a año". El primer reto es el Mundial en junio del año que viene, pero de fondo asoma la cita olímpica de París 2024.

Antes de acudir a los Juegos Paralímpicos comentaba que "era una oportunidad llovida del cielo" por su clasificación a última hora. ¿Cree que ha aprovechado esa oportunidad?"era una oportunidad llovida del cielo"

-Por supuesto. La prepaparación no fue la mejor porque fue muy corta. Fui a competir a darlo todo y salió muy bien. Estoy muy contento.

Una pena que se quedara a un paso de las medallas en el relevo 4x100 mixto.

-Optábamos a bronce, pero la integrante más rápida del relevo no se pudo clasificar para los Juegos y eso nos hizo llegar con peor tiempo. Lo dimos todo y conseguimos un cuarto puesto muy meritorio.

En Río 2016, con 18 años, confesaba que estaba nervioso . ¿La experiencia le hizo gestionar mejor la competición en Tokio?

-He sabido controlar mejor los nervios, pero tenía ciertas dudas porque la preparación no había sido la mejor y no sabía qué tal iba a competir. Es algo muy normal después de haber estado un tiempo parado y volver a entrenar antes de una prueba larga como los 400 libres.

¿Cómo ha sido competir sin público?

-Ha sido una pena porque la piscina era alucinante, similar a una estadio de NBA con las gradas muy pegadas a la piscina. Supongo que con público habría sido una experiencia mucho mejor. Quizá para algunos ha sido mejor competir sin público porque puede llegar a intimidar y estaban más tranquilos.

¿Los deportistas y voluntarios estaban concienciados con las medidas de seguridad?

-La mayor parte sí. Los españoles cumplíamos a rajatabla. Es verdad que gente de algún país iba sin mascarilla y enseguida les llamaban la atención. Todas las mañanas nos hacían un test, se guardaban las distancias y cada país iba en su burbuja.

¿Qué ambiente se vivía dentro de los Juegos?

-Lo bonito de este evento es que los aficionados pueden estar en contacto con los deportistas fuera de la villa, en la piscina... Hay un ambiente de deporte y familia muy bonito, pero en Tokio estaba todo muy restringido. Solo hemos podido ir de la villa a la piscina y juntarte con deportistas, nada más. No hemos podido visitar Japón. Estaba todo un poco apagado y triste, pero es lo que nos ha tocado vivir.

¿Cómo ha sido la convivencia dentro de la villa con deportistas de otros países?

-En los buses y en la piscina es donde más hemos podido coincidir, pero poco más. Cuando más se suele convivir es al acabar la competición. Esta vez ha sido terminar y volvernos a casa.

Tras los dos diplomas, ¿el objetivo es estar en París 2024?

-Quiero ir paso a paso, año a año. En junio tenemos el Mundial y espero seguir así de bien. El objetivo final sí es París 2024, pero a mí a me gusta pensar en el ahora e ir poco a poco. Cuando llegue 2024, si sigo nadando y tengo opciones, allí estaré.