En un párrafo

o conocemos una sola empresa medio seria que no dé permiso a un empleado para que vaya a la boda de un hermano. En algunos convenios está incluso recogido con uno o varios días de permiso retribuido. Pero cuando un futbolista de Segunda -Borja Garcés (Leganés)- pide ese permiso no se lo dan (porque el equipo tiene ese día partido de Liga) y, como él se lo toma por su cuenta, Asier Garitano anuncia que Garcés no volverá a jugar mientras él sea entrenador... No sabemos si el convenio del Leganés o del fútbol profesional español recogen esa cuestión. Suponemos que no. Pero alguien en el Leganés ha cometido dos errores: uno antes y otro después de la boda. Y no solo por perder a un jugador sino porque el fútbol profesional se salta demasiado a menudo los derechos básicos del futbolista -bullying si no renueva, falta de libertad para hacer declaraciones...- y ésta es una más. La AFE ya está tardando en reaccionar.