Define la RAE dicharachero como la persona "que tiene una conversación animada y ocurrente", y así se define Nico Biesa (1998), jugador del Corellano que ha tenido sus primeros minutos este curso después de superar una lesión de menisco que se ha alargado más tiempo del debido.

Con una sonrisa de oreja a oreja que traspasa los límites de la mascarilla, Biesa no esconde la felicidad que siente por volver a jugar. El centrocampista salió de titular ante el Txantrea, algo que reconoce que le pilló de sorpresa, "porque esperaba seguir con la continuidad de la rehabilitación, pero vimos en dos tres semanas que íbamos bien y me dijo el míster junto con el segundo a ver si estaba preparado, y si te dicen de entrar, vas para dentro".

El corellano jugó casi una de partido y las primeras sensaciones fueron inmejorables. "No tuve molestias, pero al tanque le faltaba gasolina y eso se coge con el tiempo", se sincera entre risas, apuntando que ahora que es uno más a las órdenes de Javier Salvatierra espera "intentar ayudar en todo lo que se pueda".

Volver a llegar a Ombatillo, vestirse de corto, calentar junto con los compañeros... Momentos en los que uno vuelve a sentirse futbolista y más que nervios, lo que Biesa tenía eran "ganas. Muchas, muchas ganas. Nervios tenía fuera, con esa impotencia de no poder ayudar".

La vuelta a los terrenos de juego no ha sido un camino de rosas y a Nico Biesa el proceso de recuperación se le ha hecho "duro. Soy una persona muy activa, dicharachera también y me gusta entrenar, estar con los colegas, y me ha costado. Pero ya estamos de vuelta". En ese sentido, lo que más le ha costado ha sido ver que "no puedes hacer nada, que solo hablas, dices cosas, pero no puedes participar es muy diferente".

El centrocampista fue operado en octubre, y ahí comenzaron los problemas. "Pensaba tener mes y medio entre operación y rehabilitación, pero como la cirugía fue un poco más compleja, la rehabilitación se alargó más pero ya estamos bien, que es lo que cuenta", admite un Biesa que añade que "cada uno se lo tomará de la manera de pueda, pero ha sido algo que he llevado bien, y eso que no he tenido nunca una lesión grave, pero es hacerte a la idea de que no lo vas a cambiar de un día para otro y que tienes que ponerte a trabajar".

Las semanas avanzaban, la recuperación seguía su curso y volvió a pisar el césped, con la duda de "cómo te va a quedar la rodilla, de si vas a jugar como antes, de si vas a volver a exigirte como antes", pero esos pensamientos le desaparecieron "en cuanto empiezas a entrenar con los demás, ves que no tienes molestias, se te fatiga la rodilla porque poco a poco vas cogiendo ritmo, todo va mucho mejor".

"En esta lesión he tenido un poco de miedo, y creo que podía haber vuelto antes si no llega a ser por la cabeza. No he tenido tanto dolor, sino el miedo al gesto, que desaparece cuando coges la confianza de soltarte. Y eso que me tomo los entrenamientos como una diversión de estar con los amigos, y como terapia. Y eso va unido. Empecé a divertirme en los entrenamientos y poco a poco se te va olvidando la rodilla", prosigue, antes de señalar que lo que más ha echado de menos ha sido "los entrenamientos. El llegar y ver la cara a los que llegan desde Pamplona, de Logroño, el volvernos a juntar, echar cuatro risas y trabajar, que tenemos que trabajar muchísimo para sacar los puntos necesarios, que estamos justos, pero confío mucho".

A todo ello, la situación que atraviesa el equipo tampoco le ha ayudado a llevar con mejor cara la rehabilitación. La temporada "no nos está sonriendo, pero a ver si en esta recta final podemos sacar los puntos, dar la cara, y mantenernos un año más", reconoce.

En verano la plantilla se rejuveneció, y piezas importantes como Isaac e Israel, entre otros, que aportaban experiencia al equipo se marcharon y debilitaron al equipo. "Se nos han ido personas importantes, gente que sumaba mucho y se notaba, pero hay que darle caña con la gente que hay, y sacarlo como se pueda", analiza un jugador que antepone el bien del equipo antes del individual al marcarse un objetivo en este tramo final de temporada. "Si no tengo que jugar y empiezo a coger ritmo en pretemporada, es lo que ha decidido el míster y no tengo ningún problema", finaliza un jugador que ha vuelto a sonreír.