Cuando se apagaron las luces del Navarra Arena para recibir a los finalistas del Manomanista, el frontón entró definitivamente en ebullición. Después de calentar motores por las calles de Pamplona durante toda la jornada, las seguidores de ambos pelotaris (y también aquellos que encontraron acómodo en la grada sin tener un favorito claro) recibieron a los protagonistas de la cita. Primero a Joseba Ezkurdia, que vistió de rojo; después a Unai Laso, de azul este domingo, aunque dueño ahora del gerriko colorado durante todo un año después de conquistar su primera txapela profesional, la de la competición reina de la mano, la de su reivindicación definitiva, si es que le hacía falta.

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Lo que se escuchó en la grada tras el triunfo del delantero de Bizkarreta-Gerendiarin resume a la perfección todas las dificultades que tuvo que superar en su día para volver a ganarse un puesto en su empresa tras pasar ocho meses en el paro. "Baiko, entzun, Laso txapeldun", gritaron sus seguidores. "Baiko, escucha, Laso campeón", clamaban. Fue un grito de pura rabia, como los gestos del pelotari cuando se retiraba hacia al vestuario tras su exhibición en la final bajo una atronadora ovación.

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Final del Manomanista: Laso - Ezkurdia

Hay mucho trabajo detrás de este éxito, casi tanto como el realizado por Ezkurdia para alcanzar su primera final individual a todo el frontón y también para que por primera vez en la historia una final del Manomanista se disputara en Navarra, en un escenario de tronío que lució sus mejores galas con un espectacular juego de luces y sonido para abrir y cerrar la función. No quedó libre ni un asiento de los 3.000 que salieron a la venta, el mismo aforo del frontón Bizkaia de Bilbao, y muchos deseaban en voz alta que "ojalá haya más finales aquí".

La deportividad que exhibieron Laso y Ezkurdia sobre la cancha, el primero consolando al segundo y el segundo felicitando al primero, se trasladó a la grada, desde donde emergieron vítores para los protagonistas del envite, pitos cuando una pelota de tenis con las que se apuestan casi detiene la contienda y un Riau-Riau en toda regla en uno de los dos descansos largos reservados para los anuncios de televisión. Y es que la gente demostró que tiene ganas, y muchas, de San Fermín, que vuelve este tras dos años de suspensión por culpa de la pandemia de covid-19.

No fueron los únicos cánticos que se escucharon, porque el entrenador de Osasuna, Jagoba Arrasate, también recibió los suyos pese a intentar pasar desapercibido, mientras que al presidente del club navarro, Luis Sabalza, le pararon cuando accedía al frontón porque algún aficionado quiso fotografiarse junto a él.

En definitiva, que fue una tarde de fiesta y reivindicaciones. La del frontón Navarra Arena como un escenario más que preparado para albergar citas de un calado tan especial y la de Laso, que repartió abrazos entre amigos y familiares, aunque el más especial lo compartió con su abuela Corpus, cuya presencia le trajo suerte. El delantero de Bizkarreta-Gerendiain entra así en el Olimpo de los campeones, logra un título para Baiko tras cinco años de sequía y recupera el entorchado para Navarra un lustro después de que Oinatz Bengoetxea lo ganara en 2017.

Personalidades

- Chivite y el Gobierno. La presidenta de Navarra, María Chivite, encabezó la expedición del equipo de gobierno desplazada al Navarra Arena con motivo de la final del mano a mano, integrada también por el vicepresidente Javier Remírez, así como por las consejeras Rebeca Esnaola, Ana Ollo, Santos Induráin e Itziar Gómez y el consejero José María Aierdi.

- Más políticos. Además de los miembros del Gobierno de Navarra, también hubo presencia en la grada de representantes de varios de los grupos políticos que conforman el arco parlamentario foral, como Ramón Alzórriz (PSN), Uxue Barkos (Geroa Bai), acompañada por el senador en Madrid Koldo Martínez, Maiorga Ramírez (EH Bildu), que se sentó junto a su compañero de partido y exalcalde de Pamplona Joseba Asiron, y Javier Esparza (UPN). Tampoco se perdieron la cita los concejales del consistorio pamplonés María Caballero y Fernando Aranguren, ni los responsables del Instituto Navarro de Deporte, Miguel Pozueta, Primitivo Sánchez y Ramón Santesteban, acompañados por varios integrantes de la Federación Navarra de Pelota Vasca, con su presidente, Javier Conde, a la cabeza.

- Osasuna no se lo pierde. En el Navarra Arena coindieron el actual entrenador de Osasuna, Jagoba Arrasate, y el que más partidos ha dirigido a los rojillos, Pedro Mari Zabalza, acompañados ambos por el presidente de la entidad, Luis Sabalza; los directivos César Muniáin y Fidel Medrano; y el gerente Ángel Ardánaz. Además, Maitane Zalba, portera del equipo femenino que se acaba de quedar a las puertas de subir a la Primera Iberdrola, también se dejó como ver, al igual que el exguardameta Ricardo López Felipe y el excentral Josetxo Romero.

- Iker Vicente y muchos más. El aizkolari de Ochagavía Iker Vicente disfrutó de la primera final del mano a mano en Navarra, como también lo hicieron un buen puñado de expelotaris (algunos de ellos realizando funciones de comentaristas para diferentes medios), como Juan Martínez de Irujo, Abel Barriola, Mikel Idoate, Fernando Goñi, Patxi Eugui, Jorge Nagore y Aitor Zubieta y otros que siguen en activo, como el actual campeón individual de su Promoción, Jon Alberdi, y su hermano Unai. El expalista navarro Óscar Insausti, el más laureado de la historia del leño profesional, también vibró con el partido entre Joseba Ezkurdia y Unai Laso, al igual que hicieron los cocineros Karlos Arguiñano e Iñaki Andradas. Todos ellos formaron parte de los 3.000 que abarrotaron el Navarra Arena.