Un soberbio Daniil Medvedev (3) acabó este viernes con el sueño de Carlos Alcaraz (1). El campeón del Abierto de Estados Unidos, que aspiraba a una doble corona que nadie consigue en Flushing Meadows desde Roger Federer (2004-2008), no pudo con el recital del ruso, que se enfrentará en la final al serbio Novak Djokovic (2).

El murciano, de 20 años, perdió en semifinales por 7-6(3), 6-1, 3-6 y 6-3 tras un partido emocionante de tres horas y 19 minutos.

Vencedor del Abierto de EEUU en 2021, Medvedev impidió la final Alcaraz-Djokovic, por la que casi todo el mundo suspiraba en el 'grande' neoyorquino, y será el último obstáculo del balcánico para alcanzar su 'grand slam' número 24 e igualar así el récord legendario de Margaret Court.

Djokovic, que la próxima semana será el nuevo número de la ATP, también tiene cuentas pendientes con Medvedev, que le doblegó en el partido por el título en 2021 y que frustró su histórico intento de conseguir los cuatro 'grand slam' en un año natural.

Alcaraz llegaba a Nueva York con la moral en alto tras su inolvidable título en Wimbledon (contra Djokovic), acumulaba un impactante 24-1 en partidos de 'grand slam' desde el Abierto de EE.UU. del año pasado (el Abierto de Australia no lo disputó por lesión) y solo había perdido un set en su camino a estas semifinales.

El murciano había ganado además dos veces a Medvedev este año (final de Indian Wells y semifinales de Wimbledon).

Pero en esta ocasión hincó la rodilla ante un Medvedev casi tocado por los dioses y que es el único del circuito masculino que puede discutir en la actualidad el dominio de Alcaraz y de Djokovic.

El partido contó con muchos famosos en las gradas como las figuras de la NBA Kevin Durant y Jimmy Butler, el mito del fútbol americano Tom Brady y las estrellas de Hollywood Charlize Theron y Ben Stiller.

EL MOMENTO DE LA VERDAD

    Parecía que, en las rondas anteriores, Alcaraz se había reservado una marcha, un punto extra de su juego, para cuando llegara el momento de la verdad.

Ese momento llegó esta noche ante un rival tenaz, paciente, rocoso, que no iba a perder los nervios fácilmente y que desde el comienzo le exigió el máximo esfuerzo.

En esta ocasión, el agobiante y húmedo calor de los últimos días no fue un factor de peso, ya que la organización del torneo cerró la cubierta del Arthur Ashe Stadium ante el ambiente nublado y de tormenta en Nueva York, por lo que el encuentro se disputó en un entorno fresquito por la ventilación del recinto.

Con las espadas en alto, el primer set fue un combate fascinante, un toma y daca sin descanso con dos tenistas al máximo de revoluciones y firmes con su saque (Alcaraz tuvo solo dos bolas de 'break' en toda la primera manga y Medvedev no dispuso de ninguna).

El público del estadio, que tardó varios juegos en llenarse por unas largas colas en los accesos, vibró con algunos peloteos espectaculares. Especialmente, un 'rally' justo antes del 'tie break', con Alcaraz y Medvedev inventándose golpes alucinantes, levantó a toda la grada y sacó una sonrisa a los tenistas.

Totalmente igualado, el primer set se marchó al 'tie break', donde Medvedev se llevó el gato al agua y se anotó la manga pese a sus seis dobles faltas.

Alcaraz jamás había ido por detrás en el marcador en este Abierto de Estados Unidos.

Ante esta situación 'inédita', el murciano se señalaba a la cabeza tratando de mantener la calma, pero se atascó en su primer turno al saque y concedió el 'break' tras una dejada fallida (2-0).

Al otro lado de la red, un muro infranqueable llamado Medvedev no hacía más que crecer y crecer.

Con un avasallador juego desde el fondo de la pista, el de Moscú soltaba latigazo tras latigazo a un Alcaraz que veía con asombro como muchas bolas de su rival caían justo en la línea.

Pasaba Alcaraz por un momento delicado, algo precipitado, tal vez un poco ansioso. Sufría el campeón y el público lo percibió poniéndose de su lado para darle ánimos.

El de El Palmar solventó otras dos bolas de 'break' para el 3-1, pero dos juegos más tarde un Medvedev en estado de gracia volvió a romperle el saque con un resto a los pies increíble y un 'passing' de revés sencillamente extraordinario.

"MAGIA" Y ORGULLO HASTA EL FINAL

    ¿Qué hacer ante un rival aparentemente infalible?     ¿Cómo responder a un 6-1 y a dos sets abajo tras hora y media de partido?     "Saca la magia, 'Charlie'", le gritaron en su cuerpo técnico y Alcaraz apretó los dientes.

El murciano tiró de rabia, de orgullo herido, y se reenganchó al partido rompiendo el saque por primera vez a Medvedev (1-2) con un globo que culminó llevándose la mano a la oreja para escuchar los gritos entusiasmados de sus fans.

Alcaraz se animaba también a sí mismo: había superado un espinoso bache y ahora volvía a sonreír y a golpear con confianza.

No fue un camino de rosas, ya que Medvedev no dejó de presionarle, pero Alcaraz tomó una bocanada de aire cuando selló el tercer set a su favor.

Alcaraz nunca había remontado un encuentro estando dos sets abajo, pero parecía claro que lo iba a intentar hasta el final.

"Hay que llevarle al límite, vamos", dijo Juan Carlos Ferrero a su pupilo, quien tuvo tres oportunidades de 'break' con 1-1. Medvedev no se arrugó y las salvó todas.

Volvió el choque de trenes del primer set, con dos tenistas sin ahorrar ni una gota de sudor pese a que ya llevaban casi tres horas de enorme desgaste.

El instante determinante llegó con 3-2 para Medvedev y un juego eterno con saque de Alcaraz, que, tras casi 15 minutos de extenuante tenis, se lo llevó el ruso con su enésimo resto perfecto a los pies del murciano (4-2).

La última bala del español llegó con un 15-40 cuando Medvedev sacaba para ganar, pero Alcaraz no pudo concretar el 'break' y el ruso, pasando por muchísimos problemas (y muy molesto con el público que gritaba entre su primer y segundo servicio), logró sellar el triunfo.

DJOKOVIC, EL OTRO FINALISTA

El otro finalista del US Open será Novak Djokovic, que también este viernes pasó por encima del joven estadounidense Ben Shelton. El triunfo fue tan indiscutible como contundente: un 6-3, 6-2 y 7-6(4) en dos horas y 40 minutos.

Frente a un Shelton que aparecía en su primera semifinal de un 'grand slam', Djokovic disputó su partido número 100 en el Abierto de EE.UU (solo tres hombres más habían llegado a esa cifra), compitió en su semifinal número 47 en un 'grande' (récord histórico) y se clasificó para su décima final en Nueva York (iguala la marca de Bill Tilden).

Triple campeón en Flushing Meadows, Djokovic no pierde una semifinal de un 'grand slam' desde su derrota ante el austriaco Dominic Thiem en el ya lejano Roland Garros de 2019.

Y por si todas estas estadísticas y precedentes no fueran suficientes para desmoralizar a Shelton, 'Nole' llevaba 30 victorias seguidas (ahora 31) en sus duelos contra tenistas estadounidenses.