Cuando una final de Copa –la femenina de fútbol de ayer entre el Barcelona y la Real Sociedad– va 5-0 en el minuto 33 y 8-0 antes de la primera hora, algo falla. Y no es un buen asunto ni para esa competición ni para esa categoría, en la que el Barça está ganando la Liga casi con pleno de victorias (ha cedido un empate en 28 partidos) y una media por encuentro de 4,6 goles a favor y solo 0,32 en contra.

Un equipo creado para ganar la Liga de Campeonas frente a otros proyectos mucho más modestos que nada pueden hacer ante esa apisonadora. Quien tiene un abusón en sus torneos –sea el Barça femenino de fútbol o, qué casualidad, el Barça masculino de balonmano– tiene un problema... Cuentan las crónicas que después de que Alfredo Binda arrasara en los Giros de 1925, 1927, 1928 y 1929, la organización le pagó 22.500 liras (más que al ganador) para que no participara en 1930 y hubiera algo de emoción. Que sería como para pensárselo.