El sorteo del cuadro convirtió al tenis en una de las citas imperdibles en los Juegos de París. Simplemente, porque el azar quiso que en la segunda ronda pueda darse un duelo entre Novak Djokovic y Rafa Nadal en lo que sería el último baile olímpico para cualquiera de los dos, un partido que puede ser uno de los más seguidos de este evento y, seguramente, de algunos anteriores porque muy pocas veces se ha podido ver a dos de los mejores de la historia de una modalidad batiéndose cara a cara con el fondo de los cinco aros.
Además, para los dos estos Juegos se han convertido en un objetivo claro. Para Nadal, lo empezó a ser desde que fue eliminado en primera ronda del Grand Slam de la tierra hace dos meses. Toda su preparación ha ido encaminada a llegar a este momento en la mejor condición posible, dadas sus circunstancias actuales y su larga inactividad. Al serbio la medalla de oro olímpica es lo único que falta en su abultadísimo palmarés. Solo tiene la de bronce en 2008, justo cuando Nadal se proclamó campeón tras ganarle en semifinales. A tal fin, el tenista de Belgrado enfocará todo lo que dure su estancia en París. Ha renunciado a jugar los dobles y va a residir fuera de la Villa Olímpica para evitar distracciones. “También estoy emocionado con ese partido, pero tengo que pensar en el primer partido. Tengo grandes expectativas con este torneo porque he tenido muchas oportunidades antes y ahora quiero aprovecharla”, confesó Djokovic, que se siente “bien preparado, mejor que en Wimbledon”.
El balear, igual que Carlos Alcaraz, ha optado por mezclarse con el resto de deportistas a costa de ver alteradas sus rutinas. Son la pareja de moda, bautizada como Nadalcaraz desde el momento en que van a competir también en la modalidad de dobles. Quince títulos de Roland Garros, veintiséis Grand Slams, presentan ambos como credenciales para aquellos que les dan como favoritos. Pero el duro sorteo en los dos cuadros y la falta de costumbre de jugar juntos obliga a rebajar las expectativas, sobre todo en el caso de Nadal, aunque también tenga el oro por parejas en 2016. “Nos esforzaremos para irnos tranquilos habiendo intentado llegar lo más lejos. No hemos podido prepararnos como otras parejas, pero confiamos en el gran momento de Carlos. Espero que esta semana pasada, en la que he pasado mucho tiempo en pista, me ayude físicamente a alzar el nivel para que esto funcione”, ha comentado Nadal, confiando en que funcione la mezcla de su experiencia y la ilusión de Alcaraz, que llega repleto de confianza tras ganar los dos últimos Grand Slams.
Su primera ronda tampoco será sencilla ante el húngaro Marton Fucsovics, aunque Nadal espera “elevar mi nivel, estar preparado para poder jugar bien y veremos lo que pasa”. Este jueves saltaron algunas alarmas ya que, tras verle lucir la víspera un vendaje en el muslo, suspendió el entrenamiento que tenía previsto junto a Alexander Zverev, aunque David Ferrer, capitán del equipo español, aseguró que solo se trató de descansar tras la paliza que se llevó para llegar a la final en Bastad.
El camino de Alcaraz
Alcaraz tendrá un cuadro más asequible y un estreno que no debería darle problemas ante el libanés Hady Habib, 275º del mundo. El murciano está “emocionado” con su debut en unos Juegos y con el hecho de compartir tiempo y cancha “con mi ídolo”. “Llego en gran momento”, admite Alcaraz, al que la presión de ser favorito no le altera, ni siquiera por el hecho de que haya aumentado por la baja del italiano Jannik Sinner. El número 1 del mundo ha tenido que renunciar a última hora por una amigdalitis y sale del cuadro un hueso muy duro. Pero quedan otros, sobre todo Zverev, el campeón olímpico en Tokio, Daniil Medvedev, Casper Ruud, Alex de Minaur o Stefanos Tsitsipas.
Si Djokovic y Nadal se preparan para su último desafío olímpico, lo mismo hacen Stan Wawrinka y Andy Murray, dos de los jugadores que lograron sumar grandes triunfos en pleno dominio del Big Three. De hecho, el escocés, doble medallista de oro en los Juegos de Londres y Río, se retirará tras esta cita, por lo que recibió ayer el reconocimiento de sus grandes rivales de todos estos años. “Me encanta que mi carrera acabe en los Juegos”, asegura Murray, que aspira a medalla en dobles junto a Daniel Evans.
SWIATEK, GRAN FAVORITA
Entre las mujeres, también Angelique Kerber, plata en 2016 y tres veces campeona de Grand Slam, ha anunciado que este es su último torneo. En el torneo femenino, la favorita indiscutible es Iga Swiatek, que está en las pistas donde ha ganado tres de las últimas cuatro ediciones de Roland Garros. Coco Gauff, Elena Rybakina, Jasmine Paolini, finalista en Roland Garros y Wimbledon, y Barbora Krejcikova, campeona en Wimbledon, deben ser otras candidatas a medalla en un torneo al que renuncio Aryna Sabalenka.