Paquito: Una bellísima persona

No suele trascender (y nos parece muy bien) la opinión de los periodistas que cubren Osasuna sobre los entrenadores rojillos como personas. Otra cosa es que los aficionados, que tontos no son, lo descubran por sí mismos por verlos en el estadio u oírlos en las ruedas de prensa. Y es que, a fin de cuentas, que un técnico sea majo o un borde es periodísticamente irrelevante.

No están ahí para caer bien ni hacer amigos sino para lograr resultados y, en el caso de Osasuna, con la máxima aportación posible de la cantera. Y lo demás es secundario. Lo cual no quita, claro está, que para los medios sea más fácil y grato el trabajo cuando el míster es buena gente. Y, en eso, Paquito batió récords. En apenas una temporada –en aquellas duras campañas en el infierno de Segunda en los años 90– dejó el recuerdo de ser una bellísima persona. Y eso, casi 30 años después, define su paso por Osasuna más allá de la fría clasificación futbolera del momento.