Javier López Vallejo (49 años) es un exjugador que defendió las porterías de grandes equipos de la élite del fútbol español. Debutando en Osasuna, pasó por otras plantillas como el Villarreal o el Zaragoza. Tras 19 años de andadura profesional decidió colgar los guantes en 2012. Tras su etapa como jugador no se desvinculó del deporte que ama, y comenzó a emplearse como psicólogo deportivo, llegando a trabajar en la RFEF como psicólogo de la selección nacional de fútbol.
¿Cómo se pasa de jugador de fútbol a ser psicólogo?
–Es algo que siempre me llamó la atención, ya incluso cuando jugaba. Por eso me metí a estudiar psicología, porque me gustaba escuchar e intentar ayudar. El tema de las emociones, entenderlas y todo lo que implica o puede implicar en el juego es algo que sorprende. Te pones a pensar y, como jugador, es algo que agradeces a la hora de hacer tu trabajo.
¿Ayuda el hecho de haber jugado a fútbol para ser psicólogo deportivo?
–Desde luego ayuda a entender a los futbolistas, su situación. También te da algo que creo que juega mucho a tu favor, y es la credibilidad. Cuando un futbolista sabe que has pasado por lo mismo que él se forma una empatía que es clave para sacar el máximo rendimiento de cada uno, que es el objetivo principal de la labor del psicólogo. Por supuesto, también cabe solucionar temas personales de cada uno.
¿Cómo es el día a día del psicólogo de la selección nacional?
–Digamos que la labor principal es sacar el máximo rendimiento al grupo, entonces depende un poco de cómo se encuentren los futbolistas, el tipo de partidos, las circunstancias específicas por las que pasan... Es un trabajo clave a la hora de tratar con el entrenador para elaborar las tácticas. Soy una parte más del staff del seleccionador, e intentamos ayudar con las herramientas que tenemos a nuestro alcance. También nos encargamos del apyo al entrenador, aunque parezca algo menos obvio, pero
¿Cuáles son esas herramientas que emplea para su trabajo?
–De nuevo, depende de cada situación. Hay que estudiar la plantilla y saber sacar las conclusiones para ayudar al equipo y a los jugadores. También hay que añadir que nosotros no trabajamos igual que lo hacen en los clubes. Nosotros estamos con los jugadores convocados mucho menos tiempo, tenemos menos margen, y además no son siempre los mismos. Hay muchísimas herramientas, y hay que saber usarlas en cada caso para saber sacar ese rendimiento del equipo.
¿Algún ejemplo?
–Pues hay muchos y cada uno tiene que ser tratado de una forma u otra. Si coges el caso de un jugador al que le toca ser suplente, hay que hacer entender que es algo que le pasa a infinidad de futbolistas. Ya decía Vicente del Bosque que “no hay mayor injusticia que tratar a todo el mundo igual”, y es una realidad. Al final, de más de veinte que van a cada partido empiezan jugando once, en la selección o en cualquier club. Entonces, lo que se puede hacer es tener una charla individual con cada uno, sabiendo cómo gestionar cada asunto, ya que no es el mismo caso para todos. Todo lo que hagamos tiene que servir tanto para el propio jugador como para el interés del equipo.
¿Cuál es el motivo por el que los jugadores acuden a un psicólogo deportivo?
–Nuestro trabajo, además de lo que ya he comentado de orientar hacia el máximo rendimiento del equipo, es ayudar a los propios jugadores. Cada jugador es diferente y no se debe generalizar. Por supuesto, al hablar del equipo nacional, con lo que más se trabaja es con afrontar los grandes encuentros. Esto es la élite, y, aunque están acostumbrados a la presión, saben que un error puede ser muy grave, y más a estas alturas.
¿Cómo se solucionan ese tipo de problemas con los jugadores?
–Hay que hacerles entender que el erros es parte del fútbol. Se fallan pases, se fallan tiro, pero es intrínseco al propio deporte. Al nivel al que juegan, con la presión a la que están sometidos, raro es no flaquear o tener momentos de dudar de uno mismo, pero es parte del fútbol, no somos máquinas. La selección acaba de pasar por unos meses excelentes a nivel deportivo, con la selección femenina ganando el Mundial, con la selección masculina llevándose la Eurocopa... El esfuerzo mental es impresionante.
¿Qué opina del prejuicio sobre los deportistas que acuden a un psicólogo deportivo?
–Creo que es algo que, por suerte, se está normalizando dentro del fútbol actual. También pensaban que no era necesario un entrenador de porteros y hoy en día es indispensable, lo tienes en cualquier equipo. Es algo que se tiene que ir normalizando, y creo que cada vez hay más concienciación por parte de los jugadores y los aficionados.
¿Cree que son necesarias más declaraciones sobre salud mental como las que hizo Raúl García de Haro?
–Es fantástico que los jugadores profesionales se expresen sobre sus problemas, porque ayuda a esa normalización, incluso si no se hace desde los grandes clubes europeos o las grandes plataformas. También debe salir desde escalones algo más bajos, es algo que tiene que quedar integrado a nivel interno en la sociedad, ya que la importancia de la salud mental en el deporte es algo que de lo que se debe hablar. Es un tema que cada vez está más de moda.