pamplona - Con 4 años cogió un balón con la mano y desde entonces no lo ha soltado. Albert Pujol (Sant Quirze del Vallès, 15/04/1991) es una de las incorporaciones del Helvetia Anaitasuna esta temporada y poco a poco se ha ido haciendo un hueco relevante en su defensa. Conoce muy bien al Fraikin BM Granollers, equipo en el que jugó varios años hasta la temporada pasada y que visita esta tarde La Catedral (19.30 horas, por la app de #LaLigaSportTV). A pesar de la difícil situación que atraviesa el Helvetia -con dos derrotas en el inicio de la segunda vuelta-, confía en el potencial de su equipo, en su unidad, para que la victoria no se escape.

¿Se ha recuperado ya el equipo tras perder en León?

-Cuando la derrota es tan cercana no tienes tiempo para pensar. Si hubiésemos tenido una semana de margen le habríamos dado más vueltas, pero han pasado pocos días y eso es bueno. Ahora sólo pensamos en el partido ante el Granollers y en ganar.

Su rival viene de caer en la fase de grupos de la EHF ante el Kiel alemán. Una circunstancia que habrá que aprovechar también.

-Sí. El Kiel es un gran equipo y es difícil que pudieran ganarle. Debemos sacar beneficio también de esta derrota, a ver si vienen un poco despistados y somos nosotros quienes ganamos.

Una victoria supondría sumar dos puntos muy necesarios. Pero, ante todo, sería una inyección de moral.

-Así es. Empezamos el año entrenando duro, muy pronto, y comienza la segunda vuelta de la Liga y perdemos ante el Bidasoa y el Ademar. Las dos derrotas duelen. Por eso, ganar ante el Granollers sería bueno para el equipo e importante de cara a las próximas semanas, en las que además jugamos Copa del Rey,

El rival de hoy no tiene muchos secretos, pero usted le conoce a fondo. En su opinión, ¿cuáles son sus puntos fuertes?

-El tipo de defensa que tiene. Muy peculiar, con amagues y salidas inesperadas. Destaca por el juego con el pivote, con Adrià Figueras, que en los últimos años está a un altísimo nivel. Vamos a intentar pararlo, porque es una de sus grandes bazas.

¿Y eso cómo se hace?

-Es difícil, porque Figueras es un pivote diferente al resto. Generalmente estos jugadores son grandes y pesados, mientras que él es muy ágil y móvil. Habrá que intentar tapar las líneas de pases y que no se pueda deslizar en la línea de seis metros.

Después de una primera vuelta en la que el equipo fue progresando, de menos a más, el inicio de la segunda está siendo dura, con las derrotas contra Bidasoa y Ademar. ¿A qué lo achaca?

-Cambiar siete jugadores de una plantilla, más el entrenador -con el cambio de filosofía de juego que conlleva- no se hace de un día para otro. En la primera vuelta costó despegar y ahora nos pasa algo parecido. El calendario, además, no ayuda. Con todo, ante el Granollers vamos a salir a por todas, para intentar retomar la dinámica positiva para el final de temporada.

Un calendario exigente, al que dentro de poco se le suma la Copa del Rey, como comentaba...

-Quedan dos meses y medio muy duros. Lógicamente, un triunfo frente al Granollers daría prestigio y confianza al equipo. Sería muy importante para empezar la recta decisiva de la temporada con ilusión y con ganas.

Poco a poco se le ha visto adquirir más confianza en la defensa, más soltura, en esa labor junto a Bazán. ¿Le ha costado adaptarse?

-Cuando vienes a un nuevo equipo, con un nuevo entrenador y otro tipo de juego, cuesta. Pero con partidos, tiempo y entrenamiento, todo sale. Yo estaba acostumbrado a otro tipo de defensa y, poco a poco, he tenido que ir adaptándome. Con Tony (Bazán) me voy entendiendo mejor, estamos más a gusto, y eso se nota en las sensaciones del equipo.

No hay milagros, ¿la solución para revertir esta situación pasa por seguir trabajando?

-Sí. Entrenamiento, tiempo y sintonía. Cada vez nos conocemos más en el equipo y nos vamos sintiendo mejor. El trabajo es fundamental, sin olvidar la suerte. Pero el vestuario está unido, hay un buen grupo, un buen ambiente y eso es vital.