- En 2013, cuando apenas tenía 17 años, Antonio Bazán se estrenaba en la Liga Asobal, la máxima categoría del balonmano. Lo hacía en la pista más difícil, en el Palau, ante las estrellas del todopoderoso Barcelona. El sueño de cualquier jugador. Tras el partido, en el que anotó un gol, se subía de nuevo al autobús con su equipo, el Helvetia Anaitasuna, y ponía rumbo a Pamplona. Hacia las cuatro de la madrugada llegaba a su casa y, sólo unas horas después, sin apenas descanso y con escaso sueño invertido, cogía de nuevo la mochila, esta vez con sus libros dentro, y acudía al instituto de Zizur Mayor, donde cursaba 2º de Bachillerato. No falló. Unas horas antes se estaba enfrentando a los mejores jugadores de la competición y, poco después, cumplía con sus obligaciones estudiantiles.

Siete años han transcurrido desde entonces. Siete años en los que Antonio Bazán se ha convertido en uno de los mejores pivotes de su generación, en santo y seña del club navarro -donde ostenta la segunda capitanía- y en un jugador modélico que, además, ha sido capaz de sacar adelante la carrera de Medicina en la Universidad de Navarra mientras competía en la élite. Casi nada.

Su licenciatura ha coincidido con otra gran noticia para los aficionados de Anaitasuna: su renovación hasta el año 2021. Dos acontecimientos por los que se siente "muy contento", si bien las celebraciones han quedado relegadas a un segundo plano por la crisis sanitaria actual. "Teníamos la graduación y el viaje de fin de carrera, pero al final eso es lo de menos. Hay que adaptarse y entender que lo más importante es la salud. La gente lo está pasando muy mal y hay que entenderlo", explica.

Cualquiera que conozca a Antonio Bazán sabe perfectamente que sus palabras son sinceras. No son pocos los elogios que recibe como jugador, los reconocimientos a su labor sobre la pista, y, sin embargo, una de las virtudes que atesora es la humildad. Junto a su trabajo y a su entrega en todo lo que hace, le convierten en una persona excepcional.

El objetivo de Antonio Bazán pasa ahora por seguir compitiendo en la elite del balonmano con el Helvetia Anaitasuna, a la par que se prepara para el MIR, el examen de Médico Interno Residente. "Mi idea este año es compaginar las dos cosas. Entiendo que será complicado, pero estoy muy contento con la decisión que he tomado", asegura.

No ha sido fácil. Desde que comenzó a jugar con el primer equipo, Bazán ha ido encadenando años muy ajetreados, a la par que bonitos, tanto con Anaitasuna como en las distintas categorías de la selección española. Sus apuntes de Medicina han viajado por Europa, mientras disputaba la Copa EHF con el Helvetia o jugaba algún torneo con los Hispanos. También han cruzado incluso el charco. Ahora, todo da una vuelta más de tuerca con la exigencia que supone la preparación del MIR. No es de extrañar, por lo tanto, que Bazán se planteara en algún momento la disyuntiva entre estudio o deporte. "Sí, sí que lo he pensado. Este año podría haber dicho, una vez terminada la carrera, o me dedico al MIR o me vuelco en el balonmano. Pero estoy feliz con la decisión que he tomado y con la que ha tomado el club renovándome. A ver cómo va este año y luego ya veremos si hay que plantearse más cosas", afirma.

Si se trata de Antonio Bazán, lo que es seguro es que le pondrá empeño. Mucho empeño. Algo que ya ha demostrado a lo largo de todos sus años de carrera. "Sí que compaginar ambas cosas exige organizarse y ser responsable. Pero he tenido la suerte de que tanto el club como la Universidad de Navarra han entendido perfectamente mi situación y me han ayudado", subraya el joven pivote, quien reconoce que su secreto está en el trabajo constante. "Creo que soy una persona trabajadora. No me gusta hacer las cosas a medias ni hacerlas mal. Si me comprometo con algo, intento cumplir. Al final, la clave es tener unos objetivos y asumir que voy a tener que renunciar a cosas, aunque sin perder el equilibrio entre tener el compromiso con lo que haces y descansar de vez en cuando".

Bazán, pese a todo, se resta méritos: "Mi responsabilidad al fin y al cabo era estudiar y jugar al balonmano. Ya está. Hay otros jugadores en el equipo como Carlos Chocarro, Ibai Meoki, Álvaro Gastón u otros en años anteriores como Miguel Goñi o Mikel Agirrezabalaga que compaginaban dos trabajos. En el caso de Mikel, encima, con el cuidado de tres niños. Eso exige mucho más y tiene más mérito que lo mío", resalta.

En el transcurso de la carrera de Medicina, Antonio Bazán ha realizado prácticas en varias especialidades y lugares. Rotaciones de un mes en servicios como el de Oncología, el de Dermatología, Traumatología Infantil o Medicina Interna del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), así como en los de Cardiología y Radiología en la Clínica Universidad de Navarra, y en Atención Primaria en el Centro de Salud de San Juan. El jugador navarro todavía no tiene claro qué dirección tomará, pero sí que le gustaría dedicarse "a alguna especialidad médica", ya que "el tema quirúrgico no me atrae tanto".

En este sentido, no parece que vaya a seguir los pasos de su padre, también de nombre Antonio Bazán, y jefe del servicio de Cirugía Plástica del CHN. "No, no me gustaría trabajar codo a codo con él", se ríe. "No me gusta mucho la parte a la que se dedica. Prefiero más el tema médico que el quirófano. Alguna vez sí que me ha animado a acompañarle, pero cuando he estado dentro, no me ha gustado especialmente. Es una pena, pero es lo que hay", sostiene entre risas.

El joven pivote del Helvetia ha optado por una carrera con mucho arraigo en su casa y no sólo por lo que respecta a su padre. Su hermana Marta, de 28 años, es también médica, al igual que la segunda, María, de 26, a quien además le ha tocado estar en primera línea de combate en Madrid contra la covid-19. Asimismo, Paula, la más pequeña con 20, cursa ahora mismo los estudios de Medicina también. "La verdad es que yo no tenía claro que quería hacer esta carrera. Mi padre es médico y mi madre bióloga, así que la rama de la salud es la que más ha calado en la familia. Desde pequeño me gustaba esa línea de estudio y, cuando me tocó elegir, opté por Medicina. Poco a poco me ha ido gustando más y estoy muy contento de haber tomado esta decisión", sostiene.

Con Antonio Bazán, lo que está claro es que la salud del balonmano está en muy buenas manos.

Nombre completo. Antonio Bazán Legasa.

Fecha de nacimiento. 19 de mayo de 1996. Zizur Mayor.

Demarcación. Pivote.

Altura. 1,96 m.

Trayectoria. Comenzó en el Ardoi, de Zizur Mayor, y de ahí pasó a Anaitasuna, donde se ha convertido en su segundo capitán.

Debut en la Asobal. El 15 de octubre de 2013, con 17 años, debutó en la máxima categoría del balonmano nacional, de la mano de Aitor Etxaburu. Fue contra el Barcelona, en un Palau ante 1.583 espectadores. El equipo perdió por 34-23 y Bazán anotó un gol.

Selección. La trayectoria de Bazán en las diferentes categorías de la selección es para enmarcar. En agosto de 2014, fue medalla de bronce en el Europeo Juvenil de Polonia; en 2015, obtuvo el 4º puesto en el Mundial Juvenil de Rusia; ese mismo año, fue bronce en el European Open de Suecia; en 2016, se alzó con el oro en el Europeo Júnior de Dinamarca; en 2017, siendo capitán, ganó el Mundial Júnior en Argelia; y en 2018 fue bronce en los Juegos del Mediterráneo. Ha participado en concentraciones con la Absoluta y, además, jugó en 2019 con el equipo B de España en los Torneos 4 Naciones de Argentina y Tarnów (Polonia).

Contra otras ofertas. Javi Gracia, responsable de balonmano de Anaitasuna, reconoce que retener a Antonio Bazán "nos ha costado", "porque la situación está como está", sin olvidar además que el joven pivote ha contado con otras ofertas muy buenas de la Liga Asobal y de equipos europeos. "Queríamos que se quedara. Para nosotros es una pieza fundamental en el eje de la defensa y también cuando ataca. Él ha hecho un esfuerzo por quedarse y el club, también", explica. "Antonio representa todo lo que queremos transmitir. Está involucrado y no negocia en el esfuerzo. Es una muestra clara de que se puede hacer deporte profesional y estudiar", añade.

"Creo que soy una persona trabajadora. Si me comprometo con algo, intento cumplir"

"La clave es tener unos objetivos y asumir que voy a tener que renunciar a algunas cosas"

"Tanto Anaitasuna como la Universidad de Navarra me han entendido y ayudado"

Jugador del Helvetia Anaitasuna