BARCELONA. El ciclista holandés Dylan Groenewegen (Team Jumbo-Visma) ha ganado este viernes la séptima etapa del Tour de Francia, disputada entre Belfort y Chalon-sur-Saone sobre 230 kilómetros, en esprint en el que sin ayudas de compañeros acabó con el trabajo de otras formaciones y sorprendió a Caleb Ewan (Lotto Soudal) y Peter Sagan (BORA-hansgrohe).

Groenewegen suma su cuarta etapa en un Tour de Francia, en el que estrenó palmarés en 2017 con una etapa y alargó su racha en 2018 con dos victorias. En este 2019, al séptimo día, logra ampliar su idilio con la ronda gala en una llegada limpia, con los últimos metros en pendiente, donde su fuerza fue mayor a la del resto de velocistas.

El holandés de 26 años, en su cuarta temporada en las filas del equipo de su país, no se inmutó al ver el potente 'treno' del Deceuninck-Quick Step en busca de la gloria, que no llegó, para Elia Viviani, que finalmente fue sexto, hundido ante el pequeño 'muro' cuando su compañero Richeze le dejó bien situado en cabeza.

Con Ewan y Sagan --que sigue en posesión del maillot verde de la regularidad-- completando el 'podio', cuarto fue el italiano Sonny Colbrelli (Bahrain Merida) y quinto Jasper Philipsen (UAE-Team Emirates).

Hubo esprint pese al empeño de Stéphane Rossetto (Cofidis) y Yoann Offredo (Wanty-Gobert) del grupo en evitar ser cazados. Ambos atacaron desde la salida de la etapa, y estuvieron rodando en pareja más de 200 kilómetros, hasta que Rossetto, primero, y Offredo, después, dieron su brazo a torcer ante un pelotón que les tenía a tiro desde hacía bastantes kilómetros.

Ambos protagonizaron un gran esfuerzo no recompensado, que tuvo su fin a 12,5 kilómetros de meta, en una jornada con algún susto para Nairo Quintana (Movistar Team), que se quedó cortado tras un cambio de ritmo en el pelotón que le pilló en mal momento, pero que quedó subsanado con la ayuda de sus compañeros.

En la etapa más larga de esta edición de la ronda gala no hubo novedades de cara a la general, ni accidentes en la aproximación a la meta. Este sábado la octava etapa partirá de Macon y llegará a Saint-Étienne tras 200 kilómetros de recorrido peliagudo, con hasta siete cotas pequeñas que confeccionarán un sube y baja continuo.