Pamplona - La temporada de ciclismo comenzó la semana pasada de una gran forma para Óscar Rodríguez (Burlada, 6 de mayo de 1995). El ciclista navarro logró terminar noveno en la Vuelta a Valencia en su debut con el Astana, equipo en el que estará los dos próximos años y con el que este año debutará en el Giro de Italia como gregario de lujo de Fuglsang. El burladés, formado en el Lizarte y ganador de una etapa en la Vuelta a España de 2018 con el extinto Euskadi-Murias, tiene por delante un año de transición en el equipo kazajo. Temporada que, asegura, espera con ilusión y en la lo dará todo por el equipo.

La pretemporada ya ha llegado a su fin, ya ha disputado la Vuelta a la Comunidad Valenciana y logrado un noveno puesto en la general. ¿Cómo se ha sentido en su debut con el Astana?

-Al principio llegaba con un poco de incertidumbre. Después de tanto tiempo sin competir nunca sabes donde vas a estar. Pero al final el cuerpo y las piernas respondieron en Valencia y he podido hacer un buen papel en esta primera carrera de la temporada.

¿Satisfecho por esta primera carrera?

-Sí. Tanto yo individualmente como el equipo. Hemos estado todos muy bien y contentos por empezar así de bien.

¿Ha notado diferencia en competición con el Astana respecto a la temporada pasada?

-No he notado mucha diferencia. Al final lo único que te salvan son las piernas. Pero es verdad que hay más respeto cuando llevas otro maillot. Antes, al estar en un equipo pequeño como era el Murias, costaba un poco más pelear por la posición. Ahora quizá sea un poco más fácil.

Y fuera de competición, en la preparación y pretemporada, ¿qué diferencias se ha encontrado?

-En ese sentido sí que es muy similar. Se entrena igual y hay que cuidarse igual. En este aspecto nada ha cambiado. El trato con el equipo sigue siendo familiar. Astana es un equipo que lleva muchos años y es una familia bastante asentada. Sí que es verdad que el idioma es distinto, pero por lo demás es muy similar a lo que conocía. Esto es dar pedales igual que se hacía en Murias o en Lizarte. Pero si que hay un cambio importante en la cantidad de gente que trabaja en la estructura del equipo. Muchos medios, vehículos, autobuses... En la cantidad de material es donde más se nota el cambio.

La siguiente carrera, viernes y sábado la Vuelta a Murcia y el domingo Almería. ¿Qué expectativas tiene?

-Son dos carreras que van seguidas y estoy esperándolas con ganas. Hasta el viernes hay que recuperar lo hecho en Valencia, reducir la fatiga al mínimo e intentar hacer un buen papel. En Murcia, aunque son solo dos días, es un recorrido duro, sobre todo por el viento. El equipo lleva a gente rápida que puede hacerlo mejor que yo. La primera etapa tiene final en alto, pero es un repecho pequeño y en la segunda hay más montaña, pero lejos de meta, así que el equipo es el que valorará cómo llevamos la carrera.

Para esta temporada, ¿qué papel le ha dado el equipo?

-El objetivo es el Giro de Italia y arropar a los líderes. Con esto creo que el equipo ya se dará por satisfecho. Pero hay que hacer un buen trabajo, mostrar ilusión y compromiso. Yo daré lo mejor de mí y los resultados irán llegando.

Es decir, va a ser un año más de transición y aprendizaje.

-Eso es. Este primer año va a ser un poco más para eso. El segundo año ya se verá.

¿Cómo se está preparando tanto física como mentalmente para el Giro?

-Mentalmente ya voy escarmentado. Ya llevo muchas carreras y lo de sufrir encima de la bicicleta sé qué es lo que toca. Físicamente sí que va a ser algo distinto, ya que nunca he corrido una gran vuelta en el mes de mayo. Pero tengo ganas de ver cómo responde el cuerpo.

¿Qué idea tiene para usted el equipo en el Giro?

-Lo mismo que para el resto de carreras de la temporada: arropar a los líderes. No sé si tendré algo de libertad, pero lo que tenga que ser, será. Yo estaré encantado de correr por primera vez una grande en mayo y lo espero con ilusión.

El líder del equipo en Italia va a ser Fuglsang. ¿Ha podido coincidir ya con él?

-La verdad es que he estado poco con Jakob. Coincidí en diciembre entrenando y ya lo vi bien. Es un ciclista que va muy rápido.

Y después del Giro, ¿qué planes tiene?

-Cuando acabe el Giro lo primero va a ser descansar. De momento no he hablado nada con el equipo para después.

¿Hay posibilidad de correr la Vuelta?

-Creo que hay opciones, pero todavía no se ha hablado nada. Personalmente me gustaría mucho, sobre todo poder correr la etapa de Navarra. Sería una gran ilusión.

Este año va a correr el Giro, ya ha corrido la Vuelta, ¿para cuándo el Tour de Francia?

-Si tengo que correrlo algún día estaré encantado. Es un objetivo que a medio plazo es real y es una carrera que me gustaría mucho correr. Es el máximo exponente del ciclismo. Estar en el Tour de Francia es muy complicado, todos los equipos llevan a sus ciclistas al máximo nivel. Solo estar en la salida es todo un logro. Espero el año que viene pelear por estar allí.

¿Qué supondría para su carrera estar en el Tour?

-Sería la consolidación de ser un ciclista profesional. Aunque sea para ayudar a los líderes del equipo. Sería genial.

¿Se ve algún día como líder del equipo?

En alguna carrera sí, pero no al nivel que tienen Miguel Ángel López o Fuglsang actualmente. Hay ciclistas muy buenos para las grandes vueltas. Me veo más para luchar por las victorias en carreras de una semana en que pueda tener más libertad.

Por último, ¿hasta donde puede llegar Óscar Rodríguez?

-Pf...(suspira). La verdad es que no lo sé. Yo mismo me sorprendo día a día y ojalá llegue lejos, pero ahora mismo no lo sé.