- El Tour que presume de ser el más montañoso de la historia comenzará dando una oportunidad a los velocistas, en una etapa con media montaña pero situada muy lejos de la meta en Niza, ciudad de la costa mediterránea francesa que también albergará la salida. A lo largo de 156 kilómetros del trazado de hoy, los organizadores han tratado de buscar el terreno menos escarpado posible entorno a Niza, una ciudad rodeada de montañas. Eso les ha obligado a diseñar varios circuitos en torno a la ciudad, que les obligarán a subir cimas de 500 metros en cada ocasión, consideradas de tercera categoría.

Pero la última subida tiene su cumbre a 50 kilómetros de la meta, lo que debe dejar a los equipos de los llegadores terreno suficiente para organizar la caza y garantizare una llegada colectiva, que provoque que el primer maillot amarillo de la edición sea lucido por un velocista.

Al margen de las dificultades habituales -el trazado y los rivales-, los ciclistas tendrán que pugnar en el Tour contra el coronavirus: la UCI ha autorizado a la organización a excluir a los equipos en los que se confirmen dos positivos por covid-19 en siete días, aunque aún se está discutiendo sobre si eso afecta solo a los corredores o también al cuerpo técnico, mecánico y médico de cada equipo.

Además, esa norma general -la UCI ha establecido la misma para toda carrera profesional- debe ser aplicada en virtud de las leyes nacionales. Y el Ministerio francés todavía no se ha pronunciado.

Por ahora, todos los ciclistas han dado negativo. Todos ellos han pasado dos test y permanecen aislados del mundo en una burbuja compuesta por unas 700 personas.

El Tour ha desplazado hasta la carrera una unidad móvil capaz de efectuar 50 test en jornadas de competición y 350 en los días de descanso.

En los dos previstos, todo el pelotón volverá a someterse a un doble test, para evitar falsos positivos.

Además, todos aquellos que tengan algún síntoma serán controlados de forma habitual, para lo que el Tour cuenta también con los laboratorios oficiales de las ciudades por las que transcurra la carrera.

Prudhomme espera que con todo ese arsenal el pelotón pueda llegar sin problemas hasta París, pero es consciente de que el riesgo cero no existe.

El Tour ha cerrado el acceso al público durante la salida y la meta de las primeras etapas en Niza, por orden del prefecto de la región, pero será imposible controlar las cunetas de los más de 3.500 kilómetros por los que discurrirá el Tour. La organización pide que, al menos, se respeten las distancias de seguridad y que se lleve mascarilla.