L a FIFA, al rescate de Rubiales: Infantino se niega “rotundamente” a que se juegue en EEUU un partido de la Liga española. Y quienes asistimos perplejos a esta polémica, nos preguntamos: “¿Y qué más le da eso a la FIFA, a la que, por cierto, más le valdría preocuparse de los partidos sobre los que tiene verdadera competencia y negarse rotundamente a llevar su Mundial a una dictadura medieval como la de Qatar?”. El único motivo que ha dado la FIFA para prohibir ese partido es que lo consultó con un comité de los suyos y luego el Consejo lo debatió. Ahora es cuando contraatacará Javier Tebas, que a cabezón no hay quien le gane, y suponemos que todo esto acabará en los tribunales. Que quede claro que nos parece una chufa lo de jugar partidos de la Liga en el extranjero -y peor cuanto más lejos-, pero en pleno siglo XXI hay que argumentar las prohibiciones con algo más que ese chulesco “porque aquí mando yo”.