No es que el asunto tenga una especial gravedad, porque como corte de mangas fue más risible que ofensivo, pero la decisión del Comité de Competición de no castigar la butifarra de Gareth Bale en el Wanda, como evidente menosprecio a la afición del Atleti, crea un precedente lamentable en la Liga. ¿Significa esto que a partir de ahora quedará sin castigo todo gesto insultante o de burla de un jugador a la hinchada rival, si no lo ve el árbitro? Comparas esa absolución con lo que se hace en las competiciones serias como la de Inglaterra, donde se castiga todo, incluidos los piscinazos para forzar penaltis -dos partiditos de sanción le caen en la Premier a todo émulo de Greg Louganis-, y te das cuenta de cuánto falta por mejorar en el fútbol español en materias tan básicas como la deportividad y las conductas apropiadas y ejemplares.