Confieso que, como muchos otros amantes del morbo, me asomé el martes a El Chiringuito de Jugones a echar unas risas con una tertulia que presume de imparcial en la rivalidad Madrid-Barça, pero en realidad es más merengue que don Santiago Bernabéu. Y, sí, tuvo su gracia, por el afán de casi todos de poner caritas compungidas y no aceptar las mismas bromas que ellos hacen cuando ganan los suyos. Pero cuando se habló de la chicha del desastre, qué decepción: va a resultar que es cierto eso de que Florentino manda más ahí que el propio Pedrerol, porque casi no lo citaron, pese a ser el obvio culpable. Si Ronaldo se te pone tan chulo que tomas la decisión de echarle, qué menos que buscar uno o varios sustitutos que te den 50 goles, en vez de fichar a Courtois. Por no hablar del fichaje rocambolesco de Lopetegui. Pero no esperen ahí ese debate; al innombrable le gustan forofos y domesticados.