donostia - Anoeta tiene una pinta espectacular. El Fondo Norte ya está terminado y las más de 39.000 localidades estarán preparadas para la reinauguración del estadio tras su remodelación. Las pistas de atletismo han pasado a la historia y todo parece indicar que el club entrará en una nueva dimensión una vez cerrado el estadio. No solo porque acogerá a más aficionados (la capacidad aumenta en 8.000), sino por lo mucho que se gana en comodidad y en calidad de visión.

El viejo Anoeta era un estadio de atletismo muy bonito, pero con un déficit de practicidad alarmante. De tal calibre que cuesta entender que se diera luz verde al proyecto de 1993. Sobre todo porque los fondos, por llamarlo de alguna manera, se encontraban demasiado lejos del terreno de juego y desde las gradas de abajo la perspectiva era sencillamente lamentable. Y, entre otras cosas, costaba creer que hubiese socios y aficionados visitantes que tuvieran que pagar por ver los partidos desde una ubicación desde la que lo único que se podía seguir de maravilla eran las calles de las carreras de atletismo.

En la cuarta jornada de la temporada 2019-20, este sábado 14 de septiembre de 2019, el orgullo del estadio van a ser los dos fondos. El sur, con la grada de animación, que ha cambiado por completo lo que significa acudir al estadio a ver un partido de la Real y se ha convertido en la envidia de muchos campos gracias al incansable ánimo de sus aficionados. Camino de los 33.000 socios, hito en la historia del club, en las oficinas se frotan las manos. Quedan menos de 2.000 entradas a la venta y, si se da la presencia habitual de la masa social blanquiazul, ante el Atlético se batirá el récord de asistencia al recinto, que data de 2003 en el partido contra el Real Madrid, con 31.529, lo que supuso un 98,28% de ocupación.

Todo suena de maravilla, porque es música celestial si tenemos en cuenta de dónde viene el club. Pero lo cierto es que, como explicó Jokin Aperribay en las horas previas al primer encuentro con la grada Aitor Zabaleta ya levantada, y como probablemente explicará junto al nuevo patrocinador del estadio en una rueda de prensa mañana en Anoeta, el campo sigue estando de obras. Y el que se ha acercado en las últimas semanas o estos días para ver el estado de la remodelación se habrá marchado preocupado, sobre todo por los accesos.

En el club están convencidos de que el último acelerón permitirá que todos los socios podrán entrar por sus respectivas escaleras y no habrá provisionales. Aunque todavía faltan varias por colocar, en realidad son prefabricadas, por lo que cuando van llegando las van colocando sin sufrir demasiados problemas y en un intervalo corto de tiempo. Eso sí, la renovación de los vestuarios (la Real cambiará y empezará a ocupar el que hoy es del equipo visitante por petición policial) y la zona de prensa en lo alto de la tribuna principal se ha dejado para la temporada que viene con el objetivo de priorizar lo que era el finalizado del interior del estadio y sus accesos.

Las obras continuarán hasta final de año para acondicionar las dos gradas en las que se ha centrado esta última fase de la remodelación. El envolvente de la fachada y la zona exterior del campo se acabarán a lo largo de los próximos meses, ya mientras la Real esté compitiendo con normalidad después de completar el peaje de empezar con tres partidos fuera. Las líneas del campo están pintadas y el terreno de juego tiene mucha mejor pinta que el año pasado. Ahora solo falta que la Real gane muchos más partidos este año en su nueva guarida.

Abonados. La Real ha batido este verano su récord de socios y se encuentra camino de los 33.000 abonados.

Mejor entrada. La mejor entrada que ha registrado Anoeta hasta la fecha son los 31.529 espectadores que disfrutaron con el 4-2 ante el Real Madrid la temporada del subcampeonato, la 2002-03. Quedan menos de 2.000 entradas a la venta, por lo que se confía en que se supere la marca ante el Atlético.

Aforo. El fondo norte ya está acabado y el aforo del estadio pasará de 32.000 localidades a algo más de 39.000. En principio, cuando comenzó el proyecto, la estimación era que iba a poder albergar a 42.000 personas.