TAJONAR Nos encontramos en el año 2019 después de Jesucristo. Toda España se encuentra bajo el influjo de cierta cadena de centros comerciales que se atribuye la llegada de la Navidad. ¿Toda? ¡No! Una pequeña localidad poblada por irreductibles navarros resiste, todavía y como siempre, al invasor proclamando desde hace treinta y ocho años que la Navidad en esta tierra viene apadrinada por el fútbol y se materializó en un fenomenal espectáculo denominado Torneo Interescolar.

Así es, fiel a cada periodo navideño, vuelve el reto de los retos, el concurso de los concursos, la justa suprema de la competencia escolar a la que señala la brújula futbolística apuntando a los campos de Tajonar.

Durante once jornadas, sesenta y cuatro equipos en la categoría mixta y veinte en la pugna femenina librarán una batalla con el esférico como única arma para intentar colocar el nombre de su colegio o ikastola en lo más alto del palmarés.

En el apartado mixto, 862 deportistas se calzarán las botas para intentar destronar a los 14 jugadores que componen la escuadra del Colegio Público Patxi Larrainzar, flamante defensor del título. La lucha se presupone desigual, pero habrá que aguardar al desenlace final, pues grandes sorpresas se han visto y si no que se lo pregunten a cierto rey llamado Jerjes, quien tuvo un pequeño escarceo con un tal Leónidas en un desfiladero denominado Las Termópilas.

El conjunto rochapeano tiene, sin duda, toda la presión del campeón, pero también innegablemente le otorgará mayor fuerza la posibilidad de entrar en el club de los equipos que han vencido en varias ocasiones consecutivas, un selecto círculo en el que tan solo tienen asiento San Agustín, triunfador en tres torneos seguidos entre 1985 y 1988; y Luis Amigó, que venció en las ediciones de 2016 y 2017.

En el apartado femenino, 264 chicas enarbolarán el eslogan nosotras también jugamos para seguir alimendo un campeonato que, si bien está dando sus primeros pasos, cada vez los da con mayor seguridad, habida cuenta del interés que suscita y la abundante afluencia de público que acude a presenciar sus partidos.

El único pero que se puede achacar este año es la imposibilidad del Colegio San Miguel de Santesteban de defender su entorchado, conseguido brillantemente en enero pasado. Las doneztebarras dejaron un grato recuerdo en el torneo, pero los problemas de los centros pequeños para encontrar jugadoras les han pasado factura y dejado fuera de la competición.

Mayor acicate para el resto en el que se integran seis escuadras debutantes para sentarse en un sillón que ahora mismo está libre.

Como decimos siempre, parafraseando a cierto anuncio de dulces navideños, el fútbol vuelve a casa por Tajonar.