La concesión de la Bandera Azul a la Bahía de Lerate en el embalse de Alloz ha supuesto un reguero de optimismo para Guesálaz y Yerri, al igual que  para las empresas y organismos que viven en torno a este paraje que acoge turismo y que contiene varios tesoros naturales que vienen siendo cuidados y trabajados desde hace varias décadas. Se trata de que en el futuro esto se “trabaje desde un programa de educación ambiental y también desde que el turismo que llegue sea sostenible”, aseguró Charo Apesteguía desde Tierras de Iranzu

Y es que la noticia de que la Bahía de Lerate será una playa con la distinción de Bandera Azul, es algo que de alguna manera se esperaba. “Llevamos muchos años trabajando en el tema porque sabíamos que esta distinción tendría una repercusión muy grande que nos ayudaría a seguir evolucionando”, aseguró Apesteguía. En este sentido destacó los últimos trabajos que se realizaron como la instalación de una silla anfibia, de un almacén de material, además del control de la calidad de las aguas y el amejoramiento de la accesibilidad. 

Unos trabajos que tendrán que ser completados con los flecos que faltan como son el PSIS y el plan de impacto ambiental, pendientes. Un trabajo que afrontará el futuro comité, formado por varios estamentos como el concejo de Lerate y el Ayuntamiento de Guesálaz, junto con la Escuela Navarra de Vela, el Camping de Aritzaleku o Tierras de Iranzu. Un organismo que tendrá que decidir en poco tiempo sobre cuestiones como los aparcamientos o la gestión de las basura “no sabemos si nuestro programa de Residuos Cero lo darán como conforme o no. Tampoco queremos tirar un trabajo de varios años por la borda”, aseguraba Josean Zudaire, concejal de turismo de Guesálaz.

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En imágenes, los pueblos que rodean el embalse de Alloz Juan Miguel Ochoa de Olza | NTM

“La idea es tener más calidad para bajar la presión turística”, aseguró Zudaire, quien adelantó que entre sus propuestas están las de habilitar zonas de seguridad “con acceso visual para que la policía pueda vigilar sin necesidad de estar presente” o la distribución de los visitantes. Una idea que podría empezar con la llegada de los usuarios y usuarias en transporte público, para poder luego ser repartidos por distintas zonas del embalse a través de un barco que podría repartir los visitantes en zonas como Lerate, Ugar, Ubía (entre Irurre y Estenoz) y Kolatxarta, que es el límite para el baño a 500 metros de la presa. 

Y es que con la concesión de la Bandera Azul, las posibilidades de ocio de este espacio se expanden con la creación de servicios como tirolinas, saunas o ampliaciones de baños durante todo el año. Ideas que hacen que cualquier rincón del embalse cobre nuevas perspectivas. Es el caso de Úgar que es el punto de baño que Yerri tiene en el embalse. Su alcaldesa Marta Mendaza, aseguraba que seguirán “mejorando los accesos y conseguir que Úgar sea una zona de baño”. Actualmente no tenemos muy claro si en el futuro aspiraremos a ser Playa Azul. De momento,  mirarán la experiencia vecina "a ver cómo les va a los de Lerate y ya veremos”. 

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Fotos de Lerate, en el pantano de Alloz, la primera playa de Navarra con 'Bandera Azul' Patxi Cascante

Entre los afectados por la Bandera Azul está el Camping Aritzaleku, cuyo responsable, Ramiro Urra, hablaba de la responsabilidad que se adquiere. “Esto se consigue pero también se puede perder”. Urra destacó que ésta puede ser una gran oportunidad, no para atraer a más gente, algo que está ya regulado por el control de aforos existente en los parking y que gestiona Red Explora, si no para “crear un turismo de calidad al que ofrecer más actividades y servicios”. 

Para Apesteguía, la Bandera Azul “te pone en el mapa”. “Ahora, nuestro objetivo es ser líderes en sostenibilidad: que quienes vengan escuchen la naturaleza y que cuiden este recurso tan especial que tenemos”