donostia - Martin Odegaard regresa al Bernabéu, donde le esperan y le siguen con lupa. El noruego, que fue recibido por parte de la afición madridista con muchas muestras de cariño cuando jugó el partido de Liga como txuri-urdin, volvió a demostrar ayer al término del entrenamiento que tiene muy clara su hoja de ruta y que piensa cumplir los dos años que firmó cedido en Anoeta: "No se lo que dirá la gente. Yo lo que puedo decir es que el plan no ha cambiado, que es quedarme aquí lo que hablamos, porque no puedo estar más feliz. Estoy centrado en el día a día y para mí no ha cambiado nada la forma de afrontar el futuro".

Lo que no quiere es que se personalice en su figura un reto histórico para su equipo actual: "No, no. Es una eliminatoria grande para todos. Son unos cuartos de Copa y vamos con muchas ganas. Es un partido importante para mí, pero sobre todo para el club".

Eso para empezar. El segundo punto relevante es que ya se encuentra mucho mejor de las molestias en el tendón rotuliano de su rodilla derecha provocadas por las numerosas patadas que ha recibido desde que acapara titulares en prensa: "He tenido problemas en la rodilla, es cierto, pero me siento bien, mejorando cada día y siento que llego bien a este partido". No hay que olvidar que Imanol le ha protegido y que en Leganés solo actuó en los últimos 33 minutos de la derrota.

La plantilla blanquiazul está muy ilusionada con la competición y se presentará en el coliseo blanco sin complejos: "Está claro que va a ser un partido complicado y difícil, porque nos enfrentamos a un gran rival, aunque nosotros tenemos claro que podemos hacer daño a cualquier equipo porque tenemos mucho nivel en la plantilla".

La Real siempre ha solido reaccionar después de sufrir un sopapo como el de Leganés: "Puede ser. Recuerdo que jugamos muy bien en el Bernabéu, sobre todo los primeros 40 minutos, antes de que ellos nos marcaran. Yo creo que tenemos que salir igual, pero después el reto será mantener el mismo nivel todo el partido. Porque si lo hacemos así, estoy convencido de que tenemos posibilidades de ganar".

La estadística no está del lado de los guipuzcoanos, ya que solo han logrado apear al Madrid en una ocasión a lo largo de su historia, el famoso e inmortal 0-4 de las semifinales de 1988: "Yo creo que sí podemos eliminarle otra vez. Es un partido especial para mí y lo que quiero es pasar la eliminatoria por encima de todo, porque para nosotros es un sueño hacer algo grande en la Copa. Afrontamos el partido con esa ilusión".

Si tuviera que elegir un madridista para que se perdiera el encuentro, Odegaard lo tiene claro: "Luka Modric. Porque, a pesar de ser mi ídolo, es muy bueno".

Una vez más, reiteró su admiración por Zidane, con el que mantiene el contacto: "Tenemos una muy buena relación; me entrenó en el Castilla y luego en el primer equipo. Sabe mucho de fútbol. Está haciendo un gran trabajo".

Hay dos cuestiones que preocupan en el seno de la Real. El posible desgaste acumulado por la serie de un par de partidos por semana en este mes. El noruego está tranquilo en ese sentido: "Para nada. A mí, al menos, me encanta jugar dos partidos por semana porque si no se hace largo".

Y, segundo, como no podía ser de otra manera, los donostiarras solo esperan que al final del encuentro no tengan que hablar de la actuación de Mateu Lahoz después del atraco de Leganés: "Yo solo pido que lo haga bien. Nada más. Ya sabéis que a mí no me gusta mucho el VAR; las imágenes dicen que el penalti a Januzaj es claro. Pero no hay que darle más vueltas. La derrota en Leganés fue muy dura, pero no solo por eso. Ahora no podemos pensar en el pasado; lo bueno es que con tanto partido podemos mirar hacia adelante muy rápido".