donostia - Alexander Isak ha desatado una tormenta perfecta. El sueco ha pasado en pocas semanas de ser la revelación a convertirse en la sensación de la Liga. No es normal su explosión tan temprana, cuando solo tiene 20 años y se presentó en el mes de julio en Donostia sin saber ni una palabra de castellano. Ha hecho saltar por los aires el famoso mito de la adaptación y, después de mostrar una más que interesante carta de presentación en sus primeros meses, trabajando y jugando a la sombra de Willian José -la declaración en rebeldía de este le ha dado la oportunidad de mostrar su valía-, ha reventado todos los registros.

El pasado domingo se escenificó el cambio de rey, cuando el brasileño, que fue aplaudido y no recibió ni un solo silbido mientras estuvo en el campo, primero escuchó un fuerte estallido cuando el sucesor salió a calentar en la banda. Apesadumbrado, cabizbajo y sin apenas agradecer que la mayor parte le despidió con palmas, la entrada del escandinavo hizo temblar los cimientos del remodelado estadio. Lo que vino luego quedará para el recuerdo y dejó cariacontecidos a muchos aficionados rojiblancos, que no tenían constancia del verdadero nivel de la pantera txuri-urdin. Dio un gol, anotó otro, el del triunfo, y pudo hacer otros tres. Muchos pensarían que era una gesta histórica. El problema es que su bagaje tres días antes en el Bernabéu fue parecido o incluso superior, por el escenario y la entidad del adversario.

Como suele ser habitual cuando un jugador provoca la estupefacción general en Anoeta, no tardaron en saltar los agoreros que temen que en verano ya se marche. La Real pagó en junio al Borussia cerca de siete millones de euros por hacerse con el 100% de sus derechos. Los alemanes introdujeron una opción de recompra que ascendía a los 30 millones de euros. Fuentes del club consultadas por este periódico, ratificaron que solo se podrá ejercer esa cláusula en el hipotético caso de que el sueco dé el OK a la operación, algo que, al menos por ahora, y viendo la forma en la que celebró la victoria en el derbi recorriéndose todo el campo y paseándose por delante de la grada Zabaleta, no parece probable. Su cláusula asciende a 70 millones y tiene contrato hasta 2024. La posibilidad de que el Borussia le repesque para hacer negocio con un tercer club no parece tener ningún peso. En todo caso, decidiría el propio Isak.

Antes de recalar en Dortmund estuvo a punto de firmar por el Real Madrid y ahora, cuando le urge encontrar un sustituto de garantías a Luis Suárez, en Barcelona parecen empeñados en considerarle como una de las alternativas de futuro más interesantes. El precio ya lo conocen, el de su cláusula.

Los números de Isak son estratosféricos. Sobre todo, después de venir de una década con los Seferovic, Finbogasson, Jonathas...

Cuando nos encontramos casi a mediados de febrero y pese a que solo ha sido titular en siete partidos, ha logrado anotar en siete de Liga y cuatro de Copa logrando catorce goles. Siete en cada competición. En la Liga ve puerta cada 117 minutos y en el torneo del KO, en el que ha guiado a su equipo hasta la semifinal en la que parte como favorito ante el Mirandés, anota cada 54 minutos.

En los últimos seis encuentros ha logrado ocho tantos. Pero no solo eso. Los ha conseguido de todas las facturas. Con la derecha, con la zurda, de cabeza, que quizá parece su apartado con más margen de mejora, desde fuera del área y desde cerca acreditando un olfato goleador de depredador, como el último que firmó contra el Athletic.

El fútbol no tiene memoria. Eres tan bueno como jugaste la semana pasada. Y lo que no admite ninguna duda es que Isak se ha convertido en la sensación de la Liga y en la gran esperanza txuri-urdin para asaltar un nuevo título 33 años después.

AIK Solna. Su aparición en la liga de su país fue toda una explosión desde que anotó en su debut. En la temporada 2015-16, con 16 años, marcó diez goles en el campeonato regular (uno cada 160 minutos). También consiguió uno en los quince minutos que jugó en la Copa.

Borussia. No tuvo suerte. Apenas jugó con el primer equipo y no logró ver puerta.

Heerenveen. El año pasado jugó cedido en Holanda desde enero y marcó trece goles (uno cada 105 minutos) en la liga y otro en la Copa, en la que intervino en 210 minutos con el Heerenveen.

Real. Ha marcado catorce goles. Siete en Liga, en donde solo ha sido titular en siete encuentros (uno cada 117 minutos), y siete en la Copa (uno cada 54).