38 años. Beasaindarra. ¿Me completa el currículum con su trayectoria en los banquillos?

-Soy de Beasain, como bien dices. El año pasado entrené al Ordizia, en Tercera División. Y en las temporadas anteriores había ejercido de segundo técnico en el propio Beasain, de la misma categoría. Este último verano me llamó Andoni Iraola, que acababa de firmar su contrato con el Mirandés y necesitaba un ayudante. Propuso que trabajáramos juntos y aquí estoy.

Le he leído que sus perspectivas en esto del fútbol no implicaban alcanzar el ámbito profesional. Pero las cosas se han ido sucediendo?

-Eso es. Empecé en esto hace no muchos años, dirigiendo a los infantiles del Beasain. Luego estuve con los cadetes. Y de ahí pasé a Aloña Mendi e Idiazabal, equipos de Regional. No miraba mucho más allá. Pero iban surgiendo sobre la marcha oportunidades que aceptaba porque me hacían ilusión, simplemente por amor al arte y porque las disfrutaba. Al fin y al cabo, yo tenía mi trabajo al margen del fútbol, en un almacén de CAF en Tolosa. Bueno, tenía y tengo. Ahora he cogido una excedencia. El caso es que me dicen, hace un par de años, que en tan poco tiempo iba a estar en un club de Segunda y en unas semifinales de la Copa del Rey y no me lo creo.

¿En Miranda ha ido todo rodado?

-No te creas. Vinimos con una ilusión terrible. Pero llegamos a un Mirandés recién ascendido a la categoría, sin muchos jugadores de la pasada temporada porque habían dejado el club en junio. Hubo que incorporar a numerosos futbolistas nuevos, casi todos procedentes de Segunda B. Y no nos conocíamos. Ni los técnicos a los jugadores. Ni los jugadores a los técnicos. Ni los jugadores entre ellos. Al principio costó, porque en Segunda hay equipos buenísimos. Pero poco a poco le fuimos dando la vuelta a la situación hasta alcanzar el punto adquirido en estos últimos tres meses, que están resultando muy positivos, tanto en la Liga como en la Copa.

¿Cómo afrontaron de inicio la competición del KO?

-Pues no resultó sencillo, porque el formato actual dibuja un camino muy difícil para los equipos de Segunda. Llegar a jugar partidos en casa nos exige superar dos eliminatorias a partido único y a domicilio, principalmente contra equipos de Segunda B, en nuestro caso ante rivales de la categoría en la que competíamos el pasado curso. Las diferencias, así, casi ni existen. Todo es muy igualado. Al Coruxo (4-5) y al UCAM Murcia (2-3) les eliminamos en la prórroga con goles en el minuto 119. Luego, de compromisos tan exigentes, pasas directamente a enfrentarte a rivales de Primera, aunque sea como local. Celta, Sevilla, Villarreal? Por suerte se nos han ido dando bien las cosas, con Anduva disfrutando una barbaridad.

¿Quería a la Real en el sorteo?

-Sí. Aunque te voy a ser sincero... En primera instancia, cuando le ganamos al Villarreal, me hacía mucha ilusión jugar a doble partido contra Barcelona o Real Madrid. Imagina lo que podía suponer para mí, viniendo de donde vengo, verme disputando unas semifinales de Copa en el Camp Nou o en el Santiago Bernabéu. Luego, cuando ambos cayeron eliminados, la Real se convirtió en mi prioridad. Por cercanía y por pura afición. Desde pequeño he sido txuri-urdin.

El Mirandés responde al perfil de equipo valiente, que aprieta arriba y se expone presionando como presiona. ¿Les puede penalizar su propuesta habitual en Anoeta, ante un equipo que juega como esta Real?

-Todos tenemos ese miedo, ese respeto al contexto. Piensa que el campo de Anduva es un poquito especial. Lo conocemos bien y sobre su césped el balón no circula tan rápido. Pero la cosa cambia fuera de casa, contra un rival del nivel de la Real, que además atraviesa el momento que atraviesa. Para nosotros se trata de una prueba muy importante. Pero también vamos a Donostia con la esperanza y la confianza de que, si hacemos bien las cosas, podemos volver a Miranda con la eliminatoria viva.

¿He acertado en la pregunta anterior con ese par de pinceladas sobre su equipo?

-Creemos, y mucho, en ese estilo que has citado. Eso es lo importante. Que creemos en la propuesta. Y que no la cambiamos en su día, durante las primeras jornadas, cuando los resultados no estaban acompañando. Siempre hemos apostado por jugar más en campo contrario que en propio, por presionar muy alto y por mostrarnos valientes. ¿Sabes lo que pasa? Que, en cierto modo, todo ello responde también a la juventud del equipo. Contamos con futbolistas de corta edad, y nos falta experiencia y poso para vivir cómodos en fases de repliegue. Llevamos toda la temporada trabajando de una misma manera y esa insistencia nos ha traído hasta aquí. Ahora no vamos a cambiar. Aun sabiendo que en Anoeta podemos sufrir. El partido, eso sí, lo estamos preparando con mimo. Una cosa no quita la otra.

En la parcela ofensiva cuentan con muchísima calidad.

-Es lo que te comentaba ahora. Tenemos mucha gente joven. Y los futbolistas de ese perfil suelen ser osados. No les da miedo intentar cosas sobre el campo, menos aún ahora que estamos en un buen momento.

Dijo Andoni Iraola que prefería haber iniciado la eliminatoria en Anduva. ¿Por qué?

-Porque en casa estamos muy bien, y pensamos que empezar jugando como locales nos habría dado más opciones de hacer largas las semifinales, de llegar con opciones al segundo partido, incluso a los minutos finales del segundo partido. Antes del sorteo, entendíamos que jugar la ida en Anduva nos habría permitido afrontar vivos el encuentro de vuelta, fuera cual fuera el rival. Pero ha tocado así.

¿Qué me dice de la situación en que afrontan las semifinales Guridi y Merquelanz, cedidos por la Real?

-No nos preocupa, porque se trata de dos chavales muy maduros. Han venido de la dinámica de un Primera como la Real y su actitud y su trabajo aquí durante toda la temporada está resultando espectacular. Con eso te lo digo todo. No hemos percibido nada extraordinario en torno a ellos durante estos últimos días.

¿Y usted cómo lo lleva? ¿Qué le comentan los amigos?

-Me piden entradas, básicamente (risas). Pero, al margen de eso, sí que percibo ilusión en todo mi entorno. Amigos, excompañeros, jugadores a los que he entrenado? No estoy acostumbrado a que mi teléfono se convierta en lo de esta semana. Agobiado no estoy, porque, al fin y al cabo, todo responde a una circunstancia muy positiva. Pero sí que vivo últimamente una especie de locura. Voy a intentar disfrutar al máximo la experiencia, centrado en el fútbol y en trabajar estos partidos tan bonitos.

¿Conoce el nuevo Anoeta?

-Sí. He estado tres veces. Es una maravilla.