o es extraño ver cómo dos jugadores al disputar el balón cometen de manera simultánea sendas faltas, y es curiosa la reacción que se produce entre los aficionados, que a menudo comentan: "Los dos igual" y estiman justo que el juego prosiga sin que se sancione la acción. Esta idea se ve algunas veces reforzada por árbitros inexpertos que aplican una especie de ventaja en absoluto justificada.

Si ha existido infracción, aunque sea mutua, el juego debe detenerse y, como siempre, la dificultad está en decidir cómo se reanuda. Las Reglas de Fútbol daban a esta situación una solución salomónica, se reanudaba con un balón a tierra, el más conocido como bote, en el lugar donde se encontrara el balón en el momento del incidente. En la revisión profunda de las Reglas que se realizó en 2016 este criterio cambió y la decisión fue que se sancionara la infracción más grave, pero ¿con qué criterio se decide la mayor o menor gravedad? la Regla 5 nos lo aclara: "Se castigará la infracción más grave, en términos de sanción, reanudación, gravedad física y repercusiones tácticas cuando se cometan más de una infracción al mismo tiempo". Queda claro que hay un orden de prioridades atendiendo a cuatro aspectos jerarquizados. El primero se refiere a la sanción disciplinaria, de este modo si una da las faltas merece amonestación y la otra no sancionaríamos la primera, pero puede pasar que las dos infracciones merezcan la misma sanción disciplinaria o ninguna, entonces pasaríamos al segundo criterio. La reanudación se refiere a si el balón se pone en juego con un tiro libre directo o indirecto, considerando más grave el primero, pero podría darse el caso de que las dos faltas merezcan un castigo idéntico, por lo que usaríamos al tercer criterio. La gravedad física hace referencia a la posibilidad de que uno de los jugadores implicados sufra lesión y otro no, por lo que se sancionaría al causante del daño, pero puede suceder que ninguno quede lesionado, pasándonos al último criterio.

Repercusión técnica nos lleva a valorar cuál de las faltas supone un mayor peligro para la portería rival por lo que primaríamos la más peligrosa. Si después de repasar estos aspectos seguimos sin decidirnos tenemos un problema y volveríamos a la antigua solución salomónica, pero eso es muy improbable ¿no?

El autor es Vocal de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol