unca antes en sus dieciséis temporadas en la élite, repartidas entre Osasuna, Atlético de Madrid y Athletic, había alcanzado Raúl García (11/7/1986) cotas similares a las actuales en liga. Tal vez, porque al margen de la campaña 2011-12, la de su regreso al conjunto rojillo cedido desde el Atlético, hasta ahora había compartido responsabilidades ofensivas y de liderazgo dentro de un equipo con otros futbolistas. Esta segunda tarea se la reparte con jugadores de la talla de Iker Muniain o Iñigo Martínez, pero en materia realizadora es otro cantar. Retirado Aritz Aduriz tras año y medio renqueante, y sin una figura capaz de dar un paso al frente en ataque, ese que se espera que dé Iñaki Williams, el navarro, con quince dianas, es el destacado goleador liguero del Athletic, como demostró ayer con un doblete a la altura de los mejores días de Aduriz, y es el motivo por el que su equipo tiene opciones europeas. Un futbolista con mayúsculas del que a estas alturas nadie puede dudar de que se trata de uno de los mejores fichajes de la historia del club y que el viernes cumplió 34 años.

El navarro, reconvertido en numerosas ocasiones a delantero centro por exigencias del guion, sopló las velas rodeado de sus compañeros en Lezama, algo a lo que ya está habituado en los últimos años, aunque en el presente, en lugar de hacerlo durante la pretemporada, lo hará con el curso tocando a su fin, con solo tres partidos por delante en ocho días de competición. Tras empezar ayer en Valencia, Raúl será de la partida en las tres citas de una semana vital para los intereses del Athletic, que apura sus opciones de alcanzar posiciones europeas y pasear su nombre por el Viejo Continente la próxima campaña. Sigue sin ser una empresa sencilla, pero el regreso del navarro al equipo tras cumplir un partido de sanción seguro que ayuda en el intento por dar caza a los conjuntos que preceden en la tabla a los leones.

Vaticinar qué habría sucedido en el choque del jueves ante el Sevilla si Gaizka Garitano hubiese podido contar con Raúl García es un ejercicio de ciencia ficción, aunque es probable que la efectividad del equipo en la presión, especialmente en los primeros 20 minutos, hubiera sido otra. Pero lo pasado pasado está y tanto al Athletic como al centrocampista de Zizur Mayor no les quedó otra que mirar hacia delante. Y Raúl dio ayer motivos para pensar que la historia hubiese sido diferente.

Por lo pronto, seis de los quince que figuran en su haber en liga, los ha conseguido en los siete partidos disputados posconfinamiento, tiempo en el que ha logrado el 40% de los goles marcados por su equipo, un dato superior al 36% que maneja en el total de la liga.

Unos registros que reflejan fielmente la importancia de Rulo, como es conocido en el vestuario por sus compañeros. A sus 34 años, el navarro se encuentra ante su último año de contrato desde el pasado 1 de julio y a día de hoy se desconoce si ha habido contactos entre el club y el futbolista para ampliar un vínculo que se prolongó el verano pasado hasta el de 2021. De momento, las lesiones le están respetando y, aunque la próxima campaña será su décimo séptima en la máxima categoría -es cierto que en la primera, la 2004-05 únicamente disputó dos partidos-, no da síntomas de agotamiento. Raúl García parece tener aún cuerda para rato, aunque lleva muchos kilómetros a sus espaldas, hasta el punto de que al margen del curso citado anteriormente y el pasado, donde disputó 34 encuentros, siempre ha participado en al menos 35 partidos por curso. ¿Habrá Raúl para rato?

Ha marcado 6 de los 12 goles del Athletic tras el regreso de la liga, torneo en el que suma ya 15 tantos, un 36% de los marcados por el equipo