- Carlos Martínez (Lodosa, 9/4/1986) colgó las botas el pasado 29 de julio, tras una carrera ligada casi por completo a la Real Sociedad, y es que las dos últimas temporadas tuvo que salir del club de San Sebastián para recalar en el Oviedo y en el Burgos. En la entidad donostiarra, el ya exfutbolista navarro pasó por todas las categorías inferiores, por un ascenso a Primera División y por la Liga de Campeones y la Liga Europa. El de Lodosa no ha tenido una bonita despedida del fútbol, ya que en enero el Burgos rescindía unilateralmente su contrato, facilitando una decisión que ya tenía tomada.

En la carta en la que anunciaba su retirada decía que había sido una decisión muy meditada, pero la situación no ha sido la idónea, ¿no es así?

-La verdad es que el año pasado ya lo tenía en mente, pero llegó la propuesta del Burgos y me animé. Es un sitio que estaba relativamente cerca de casa y era solo un año. Una vez salido de Burgos, y con todo el tema del confinamiento, la decisión ha sido más fácil de tomar.

¿Cómo ha vivido todo lo que ha pasado con la rescisión de su contrato en el Burgos?

-Es algo que llegó totalmente por sorpresa. Lo que pasó es una de esas cosas que te hacen dudar si esto merece la pena. Yo estaba en Burgos, jugando, y viviendo muy a gusto con la familia en la ciudad, y de un día para otro me dicen que tenía que dejar el equipo. Yo tenía contrato, así que dije que no, pero al día siguiente me despidieron. Segunda B no es como Primera o Segunda, el jugador está totalmente desprotegido, así que no me quedó otra que recoger la carta de despido. Fue muy desagradable, por las formas. Todavía estoy pendiente del juicio, por esos seis meses que me dejaron de pagar.

¿Le dieron alguna explicación?

-No, ninguna. Cuando me llamaron yo creía que era por otro tema.

En la carta también te acordabas de todos tus clubes -Lodosa, Izarra, Estella...-, pero ha sido prácticamente un jugador de un solo club.

-Sí, como decía estuve tres años en el equipo de mi pueblo, uno en el Izarra y uno en el Estella, que era convenido de la Real Sociedad. Con 13 o 14 años es cuando me ficha la Real. Estuve siete años pasando por todas las categorías inferiores y luego tuve la suerte de poder estar 11 temporadas.

Yendo a los inicios, ¿cómo fueron esos primeros años, en los que tenía que viajar todos los días de Lodosa a Donosti?

-Pues seguro que fue lo más duro, esos viajes, con mi aita. Salía del instituto y cogía la carretera, que además, en esa época, la autovía entre Logroño y Pamplona estaba sin hacer y teníamos que ir de Lodosa a Pamplona por la carretera comarcal, con el puerto del Perdón y demás. Eran viajes muy largos, sobre todo el de vuelta, de noche, y teniendo que madrugar al día siguiente para ir al instituto. Normalmente hacíamos tres viajes a la semana en pretemporada y durante la temporada se le sumaba otro para los partidos. Y estuve un año y medio o dos años así, luego me pusieron un taxi.

Supongo que pensaría que podría merecer la pena, y que la ilusión por jugar en la Real hacía el resto.

-La ilusión de estar jugando en la Real, un equipo de Primera, siempre existe. En el momento que llegas a juveniles, que ya estas cerca del filial, ya lo afrontas de otra manera. En los primeros años es más la ilusión de ponerte la ropa de la Real para jugar y de ver al primer equipo entrenando en Zubieta.

Ya en su etapa en el primer equipo, ha vivido un ascenso y participaciones en Liga de Campeones y Liga Europa. ¿Qué le ha dejado mejor recuerdo?

-Creo que el mejor recuerdo es el del ascenso. Levábamos tres años en Segunda y la situación económica era muy mala. Ascender en casa, con ese penúltimo partido contra el Celta, y la fiesta que se vivió en ese día y la semana posterior fue especial. Está claro que la Champions también fue un sueño para nosotros, que tres años atrás estábamos en Segunda. Pero, si me tengo que quedar con un día, me quedo con el ascenso.

Al final es el ascenso lo que posibilita todo lo que viene después.

-Eso es. Es el punto de inflexión. También el mantenernos en Primera el año siguiente, que nos tocó sufrir. A partir de ahí ha sido ir mejorando año a año, hasta llegar a jugar competiciones europeas. El año que llegamos a la Champions, con los partidos contra el Lyon en la ronda previa, fue espectacular, porque hicimos dos partidazos y nos llegó el premio de la Champions.

Jugó cinco partidos en Liga de Campeones, uno de ellos en Old Trafford. ¿Qué se siente al jugar partidos tan importantes en escenarios tan marcados para cualquier futbolista?

-La verdad es que el momento ese de estar en el pasillo, con un equipo en el que en ese momento estaban Giggs, Rooney, Ferdinand y un montón de jugadores míticos... Te quedas un poco pensando '¿Qué hago yo aquí?'. Luego ya es todo, el estadio, el campo, toda los aficionados que vinieron desde Donosti. Es algo que te marca, ya desde el sorteo estás esperando que llegue ese día para poder cumplir un sueño.

En ese año coincides con Jagoba Arrasate. ¿Cómo es como entrenador?

-Ya había estado de tercero, con Philippe Montanier, y entonces era la persona que se encargaba de estar más cerca de los jugadores. Ya le conocíamos de las categorías inferiores. Yo creo que ese año le vino muy bien, y el año siguiente el club confió en él. Creo que fue un reto muy potente de primeras. Ha demostrado que es un gran entrenador. Sabe mucho de fútbol y creo que todo lo que le está pasando hasta ahora no es fruto de la casualidad. Trabaja bien y lleva bien los equipos, como se ha visto estos años en Osasuna. Después del ascenso, ha hecho un año muy completo.

En la carta también mencionaba a tu entrenador en el Juvenil. ¿Cuál diría que es el entrenador que más le ha marcado en su carrera?

-Para mí el mejor entrenador no es el mejor tácticamente, o el mejor estratega, sino que es un poco todo. Para mí saber llevar el vestuario es muy importante y, si tengo que decir cuál es el mejor que he tenido, sería Montanier. No porque supiera mucho, o porque fuera muy bueno tácticamente, sino porque tenía a toda la plantilla contenta y enchufada, y eso es muy importante.

¿Ha tenido alguna vez la oportunidad de jugar en Osasuna?

-La verdad es que no. Bueno, cuando era un niño y jugaba en el Lodosa sí que tuve la oportunidad de subir a Tajonar a entrenar, pero era muy joven y sólo fueron unos pocos entrenamientos. Y desde que llegué a la Real nunca he tenido la opción de salir, ni nunca me lo he planteado. Estaba muy a gusto y nunca escuché ofertas. Cuando acabé me tocó decidir, pero el último año había tenido una lesión de cruzado y prácticamente no jugué en esa temporada, por lo que buscar equipo fue más complicado.

¿Piensa que le ha podido quedar alguna espinita en su carrera?

-Creo que todo lo que pasó con esa lesión. Me lesioné en un momento buenísimo, cuando el equipo estaba jugando muy bien a fútbol, con Eusebio, y fue una pena. También tomé la decisión de no operarme, creyendo que podría llegar a final de temporada y al final perdí tres meses, que sumados a la operación y la recuperación, al final estuve un año lesionado. No tuve tiempo para recuperarme bien y demostrar que podía seguir en la Real. Esa sería la pequeña espina, pero las lesiones son una parte importante en este deporte. Si tengo que decir una sería esa, pero si me fijo en todas las otras temporadas que he tenido no me puedo quejar.

Se recuperó para jugar el partido de su despedida. ¿Cómo fue?

-Ese día compensa todo lo demás. Fue muy bonito y muy emotivo. Tuve la suerte de despedirme junto a Xabi Prieto, que es una leyenda del club y un jugador con el que siempre he tenido una amistad enorme, porque hemos compartido muchas batallas en la banda. Todo lo que montó el club, y cómo respondió la gente, fue un día inolvidable.

¿Tiene pensado a qué quiere dedicarse, ahora que ha terminado su carrera como futbolista?

-Mi idea es sacarme el título de entrenador, no con la idea de entrenar en Primera o en Segunda, sino con la de entrenar a chavales. Poder enseñar mi experiencia. También quiero desconectar un poquito estos meses, porque en un mes llega una niña más a la familia y voy a estar bastante entretenido.

En ese plan de entrenar en categorías inferiores entra la Real, claro.

-Sí, la verdad es que me encantaría volver a Zubieta y poder transmitir a los chavales lo duro que es, y a la vez bonito que puede llegar a ser. Como siempre nos han dicho, son muchos y muy pocos van a llegar, pero el poder pelear por eso es un privilegio.

Nombre. Carlos Martínez Díez

Lugar de nacimiento. Lodosa

Fecha de nacimiento. 9/4/1986

Posición. Lateral derecho

224

Carlos Martínez jugó 224 partidos oficiales con la camiseta de la Real Sociedad, entre Liga, Copa del Rey, Liga Europa y Liga de Campeones. Además, jugó tres temporadas la Real Sociedad B, una en el Oviedo (en Segunda) y otra en el Burgos (en Segunda B).

Su relación con Osasuna. El exfutbolista lodosano "nunca" ha tenido la opción de jugar en Osasuna, a pesar de que entrenó en Tajonar cuando era un niño y jugaba en el Lodosa, pocos años de llegar a las categorías inferiores de la Real Sociedad. "Desde que llegué a la Real nunca he tenido la opción de salir, ni nunca me lo he planteado". Martínez sí que coincidió con Jagoba Arrasate, tanto en la temporada en la que el técnico de Berriatua formaba parte del cuerpo técnico de Philippe Montanier, como en la temporada y media en la que se hizo cargo del equipo. El de Lodosa asegura que Arrasate "ha demostrado que es un gran entrenador, que sabe mucho de fútbol" y que "nada de lo que le ha pasado es fruto de la casualidad". "Trabaja mucho y lleva muy bien los equipos, como se ha visto estos años en Osasuna. Después del ascenso han hecho un año muy completo", comenta Martínez.

"Lo del Burgos fue muy desagradable por las formas. Es de las cosas que te hace dudar si esto merece la pena"

"No he tenido la opción de jugar en Osasuna. Nunca me he planteado salir de la Real Sociedad"

"Jagoba ha demostrado que es un gran entrenador. Todo lo que le está pasando hasta ahora no es casualidad"

"Jugar en Old Trafford te marca. Ya desde el sorteo estás esperando a que llegue el día para cumplir un sueño"