El entrenador del Izarra, Pablo Álvarez, quedó insatisfecho con el final del partido de los suyos: “El equipo ha estado cómodo con diez jugadores, estábamos bien, pero al final un córner duele más porque el equipo estaba aguantando bien y el rival no estaba llegando con demasiada claridad”.Afirmaba que venían con una idea de juego clara: “Veníamos con la idea de hacer una presión muy alta, de no dejarles a ellos estar cómodos en ningún momento, pero al quedarnos con diez hemos tenido que retrasar un pasito las líneas y al final darles a ellos un poco de protagonismo con balón, y sí que es verdad que ellos han podido progresar con claridad”. En todo momento insistió en que la expulsión fue determinante en el desarrollo del final del encuentro, donde un saque de esquina condicionó a los suyos.