El futbolistas navarro Isma López (Berriozar, 1990) anunció su marcha del Dinamo de Bucarest rumano al no haber cobrado “un solo euro” desde que lo ficharon en septiembre. El histórico club rumano está controlado desde agosto por un grupo de inversores españoles y su estancia se ha convertido en un auténtico drama para el exrojillo.

“Desde que llegué en septiembre, la propiedad no ha ingresado un solo euro en mi cuenta”, dice en un vídeo publicado en su cuenta de Instagram el lateral izquierdo, que llegó al Dinamo procedente del Tenerife.

Isma López afirma que los dueños españoles del Dinamo “no han cumplido ni una de las promesas” que les hicieron para que se sumaran a su proyecto en Rumanía. “Todo ha sido un tiempo de mentiras”, dijo visiblemente afectado López, que lamentó haber dejado su anterior club y la ciudad en que vivía para empezar con su familia una nueva etapa que no resultó ser lo que parecía. “Estas semanas hemos llegado a entrenar sin médico, sin fisioterapeuta”, explicó el futbolista, uno de los numerosos jugadores españoles fichados por el Dinamo en los últimos meses.

En parecidos términos se ha expresado el ex del Deportivo de la Coruña Borja Valle, que también dejará el club tras llegar en septiembre. Tanto Valle como López han roto su contrato unilateralmente acogiéndose a un artículo del reglamento de la FIFA que permite que el jugador quede libre si el club le debe dos mensualidades.

La propiedad del club es el fondo de inversiones Benel International SA, que tiene su sede en Luxemburgo y cuya cabeza visible es el español y actual presidente Pablo Cortacero. El colectivo Catalin Hildan, que representa a una parte de la afición y que ha sufragado algunos gastos del club, acusa a los directivos de no haber invertido el dinero prometido en un equipo acosado por las deudas.