l otro día decía un cantante argentino que el día que murió el Diego, lógicamente hablaba de Diego Maradona, su infancia también murió. No digo yo que a mí me pasara lo mismo que a ese cantante pero he de reconocer que cuando leí "Maradona ha muerto" también tuve un recorrido por mis años de imberbe.

Las luces y las sombras del futbolista argentino llevan días dando la vuelta al mundo y lo que te rondaré morena. No seré yo quien lo defienda en algunas de sus sombras por muy bueno que fuera en lo suyo, que lo fue. Por si tuviera alguna duda, una jugadora sentada en el campo durante un minuto de silencio en su honor nos puso las cositas en su sitio. Mil gracias.

Les mentiría si les digo que al fútbol se juega con los pies, al fútbol se juega con la cabeza y los pies solo cumplen órdenes. Aunque Maradona fue capaz incluso de meter goles increíbles con la mano hoy nos fijamos en sus pies. En su cabeza sabe Dios lo que tendría y mejor que no.

Creo que da igual cuando le miren a los pies al Diego, si cuando tenía 12 años y jugaba por las calles de su barrio, si cuando tenía 25 y era el mejor futbolista del mundo o si cuando tenía 45 y daba tumbos por el mundo, él siempre tuvo barro en sus pies. Llevamos ya muchos años que ese fútbol de la calle fue desapareciendo en la chavalería y ese simple hecho está provocando que según qué tipo de futbolista seas o puedas llegar a ser estés ahora mismo en peligro de extinción. El haber jugado de pequeño con barro en tus pies y con porterías pintadas en el suelo hacía que el ingenio fuera otra cualidad más para ser futbolista. No le veo nada positivo por supuesto a esta terrible pandemia pero buscando esa aguja en el pajar quizá ese fútbol de la calle del que les hablo ha tenido un repunte estos meses. Madre mía, seguro que han leído la palabra repunte y se les ha revuelto el estómago. En fin. Nuestros niños no tienen competición pero en la calle siempre la habrá, ni tan mal. Aunque Maradona murió el otro día, para mí el Diego se fue hace muchos años, que quede su fútbol por favor, el de la calle. El autor es técnico deportivo superior