Varias lesiones graves de rodilla hicieron que Leticia Romero colgase las botas cuando jugaba en el Lagunak. Sin desvanecerse su amor por el fútbol, una relación que comenzó a sus tres años de edad, la navarra comenzó a interesarse por el mundo del arbitraje y este fin de semana ha pasado a la historia al formar parte de un equipo arbitral íntegro por chicas que ha sido el designado para dirigir esta edición de la Copa de la Reina de fútbol sala.

Con el trofeo de la final todavía guardado en su caja, mensajes en el móvil sin contestar de árbitros de Primera División que no conoce, y comenzando a asimilar todo lo que han supuesto estos últimos días, Romero reconoce que haber arbitrado la Copa de la Reina es “una recompensa” ahora que está siendo “consciente, viendo las fotos, los vídeos, las noticias que salen en el periódico… Antes traté de tomármelo como un partido más, pero sí que es verdad que viendo todo lo que ha entrañado es cuando empiezo a descubrir lo que ha significado”.

Romero rememora cómo se enteró de la noticia. “Me pilló de sorpresa, porque estaba trabajando. Tenía varias llamadas y mensajes de enhorabuena del Presidente del Comité de Árbitros y les llamé preguntando qué pasaba. Me dijeron que había sido designada para la Copa de la Reina. Sentí orgullo, porque me habían elegido a mí. Orgullo e incredulidad, no me lo podía creer. Conforme llegó la fecha me llamó David, mi compañero de Primera División y me confirmó, me ratificó y me dio consejos y ahí ya me lo creí un poco más”.

Leticia Romero calienta antes de la final de Copa de la Reina. Foto: RFEF

Arbitrar una edición de Copa de la Reina por primera vez es algo inolvidable y produce una sensación de “alegría, de emoción... Al final es como tener más seguridad en ti misma para seguir. Mucho orgullo y satisfacción de haber hecho las cosas bien y ganas de volver a estar”, se sincera una Leticia Romero que añade que “al ser una competición de tal calibre y al ser la primera vez que iba a ser arbitrada por chicas esa presión hace que la confianza pueda flaquear, y el haber hecho las cosas bien hace que esa confianza te dé mayor seguridad para continuar”, y por qué no, repetir.

Como en toda primera vez, los nervios emergen a flor de piel. Un gusanillo que mezcla ilusión con nervios, pero que “tratamos de verlo como un partido más, pero se notaba que era una final por todo lo que le rodeaba en el exterior. Queríamos estar más concentradas porque sabíamos que era una final, y si quieres estar más concentrada, la tensión y los nervios aumentan”, admite una Leticia Romero que “disfruté cuando pitamos el final, porque ahí ya me pude relajar algo más. Porque hasta entonces era más tensión y nervios”.

Romero señala que este torneo le “ha significado mucho, porque es la primera vez que arbitraba con cuatro compañeras más. Al ser el equipo todo chicas tenemos mayor comunicación entre nosotras, todas hemos ascendido en Segunda B, no somos veteranas en el arbitraje y partíamos todas desde el mismo punto, por lo que eso hace que cojas mas seguridad y estés más a gusto” y agrega que las componentes del equipo “nos juntamos por primera vez cuando nos reúnen en Las Rozas a unas treinta chicas para potenciar el arbitraje. Ahí nos conocimos pero lo típico, con las que te sientas en la mesa o con las que compartes habitación tienes más relación. Nosotras nos hemos conocido en estos cuatro días, sobre todo, que es donde hemos estado más juntas”.

En un vídeo emitido en redes sociales por la RFEF, aparece Velasco Carballo, presidente del Comité de Árbitros. El excolegiado les dio “la enhorabuena por estar ahí, por arbitrar, nos dice que lo estamos haciendo bien, que le recordaba a cuando él arbitraba y que lo disfrutáramos porque lo íbamos a recordar y que era un orgullo”.

Leticia Romero, que compagina la pasión del arbitraje con su profesión como maestra, es una colegiada navarra más que ha roto barreras y, sobre el ser un ejemplo, concluye reflexionando que “soy consciente de que no ha habido ningún grupo arbitral de chicas que han llegado a la final. Y el hecho de que salgas por la televisión hace que seas un ejemplo. Pero trato de hacer las cosas como las hago día a día, sin verme como un ejemplo, como también lo hago en mi profesión. Pero sí que es verdad que el pitar una final te hace más responsable sobre esas chicas que quieran ser como tú”.